¡Qué expresión mas bonita!. En ocasiones tenemos la sensación de haber convencido a alguien o a algún grupo, pero ello no es así; así que lo prudente será revisar lo "andado" y evaluar lo expuesto, ya que es posible que después, cuando reflexionemos, nos demos cuenta que lo que hemos conseguido es "vencer" en lugar de convencer. Y este vencimiento es lo que se produce cuando se habla desde una posición que se considera privilegiada, al menos por el momento. Y se considera privilegiada en función del puesto que se ocupa. Así, cuando cuidamos a alguien nuestra posición es de dominio respecto del que está tumbado en la cama; desde la Jefatura de Unidad respecto del personal adscrito a esa Unidad; o desde la división respecto a los demás miembros de la misma. Pero, ¿realmente hemos convencido?. Entiendo que no; y lo digo en función de los argumentos con los que se pretende que aquello ocurra; esos argumentos no se sostienen, ni histórica ni legalmente.
Simplemente, creemos tener la mejor información al respecto y, a partir de esos "conocimientos", nos atrevemos a resolver la controversia. La aclaración a esta situación la encontramos cuando se deja de ostentar ese puesto o cargo, ya que son de libre designación; entonces es cuando nos damos cuenta que no tenemos a nadie que nos soporte. ¡Se acabó!; e inmediatamente nos preguntamos: pero si antes siempre teníamos "la razón"; ¡pues no señor!, simplemente te soportaban.
La vida sigue, pero nadie se preocupa de saber por qué estamos aquí, cuál es nuestro cometido en este mundo, y, sobre todo, ¿a dónde nos dirigimos?.
Viene a cuento lo anterior porque no es de recibo que determinadas personas en puestos de responsabilidad, que nunca se han preguntado los méritos por los cuales se ocupa el mismo, toman todo tipo de dedicisiones: unas por imperativo del superior de turno, otras, quizá, por autonomía personal; pero lo cierto es que esto sucede. Y sucede con tanta frecuencia en la historia de las generaciones que ya te cansas de esperar el momento para que se den cuenta que han sido utilizadas.
Hemos expuesto en otros artículos que los hospitales, mantenidos y sostenidos por Enfermeras, han sido tomados por la medicina; se ha producido lo que en derecho civil se denomina "ocupación", sólo que además del disfrute y goce del bien ocupado, se comportan con pleno dominio sobre el mismo. ¡Y esto no es así!, porque el servicio de asistencia sanitaria es una obligación prestacional del Estado, que tiene a todo un conjunto de personas dedicadas a ese fin. El fin son las personas necesitadas de protección y cuidados; nosotros, los profesionales, son el instrumento para llevar a cabo ese fin. Pero eso no quiere decir que cualquier procedimiento es "lícito" sin con ello se cumple el objetivo, porque, precisamente, de todo ese entramado de batallitas ganadas por vencimiento no se puede extraer otra consecuencia que la desatención; y nuestra función no es esa precisamente. Los malos son siempre "los otros", y ello no es siempre así. Reflexionemos y ya veremos que distantes estamos del objetivo que tenemos por misión.