domingo, 25 de septiembre de 2011

¿POR QUÉ EL SISTEMA NO UTILIZA A LA ENFERMERA?

Hemos escrito, entendemos que lo suficiente, sobre "prescripción", pero ya vemos que el Gobierno va por delante; por ejemplo: cuando escribió aquello de que los Enfermeros, de forma autónoma, podrán indicar, usar y ordenar la dispensación de medicamentos no sujetos a prescripción médica". Y ahora se nos dicen que la Agencia Estatal del medicamento ha elaborado unas normas para que se identifiquen qué medicamentos estarán fuera de aquellos reservados a prescripción médica, los cuales no tendrán financiación ¡Ven cómo se limitaron a cumplir "con el expediente" respecto de nuestra Profesión! TODO MENTIRA.


¡Y LAS VUELTAS QUE LE ESTÁN DANDO PARA REGULAR LOS MEDICAMENTOS SUJETOS A PRESCRIPCIÓN!.


¿Recuerdan lo que se dispuso en aquel párrafo tercero del artículo 77.1 de la Ley del medicamento, armonizado con la modificación que se hizo del texto de la disposición adicional 12ª? Todo "atado y bien atado".


Nosotros vamos a hablar de lo que conocemos, porque saber es otra cosa.


CONTROL DE LA FUNCIÓN CARDÍACA Y USO DE MEDICACIÓN.
Que el corazón es el impulsor de toda la actividad del cuerpo humano es algo que no se discute, lo que no significa que "sólo" tengamos en cuenta esa víscera, pero sí es la primera que se resiente en determinados supuestos. Actúa por estímulos tanto intrínsecos como extrénsico: delata siempre cualquier situación desfavorable, incluso las anímicas. El corazón, por tanto, debe ser un órgano a vigilar prioritaria y permanentemente, porque "sin carazón" no hay vida.


Y es un órgano tan importante que debemos descartar cualquier anomalía antes de entrar a valorar otros órganos y la totalidad del sistema. En cualquier edad podemos encontrar anomalías, bien congénitas o adquiridas con el paso del tiempo. Recuerdo cuando se extirpaban (amigdalectomía) casi por sistemalas Amigdalas, porque se entendía que eran "la puerta de entrada" para padecer futuras valvulopatías cardíaca, las cuales, al mismo tiempo, repercuten sobre el corazón. Hoy, gracias al conocimiento de la víscera y la mayor edad de vida, resulta, debería resultar, fácilmente medible su funcionamiento.


No pretendemos simplificar lo que sucede en el corazón. Lo que estamos asegurando es que no es de recibo que mucha gente sufra crisis de descompensación por falta de seguimiento, control y evolución de su funcionamiento, sobre todo de aquellas personas sometidas a tratamiento como medicamentos, la mayoría de los que se conocen como "sujetos a prescripción médica".

LA LEY HABLA DE PROTOCOLOS Y GUÍAS DE ACTUACIÓN.
Nosotros preferimos hablar de conocimientos. Los conocimientos son "esenciales"; los protocolos y guías no son otra cosa que "herramientas" recordatorias: enuncian formas de actuar; son un referente. Pero hay que recordar que no existen enfermedades, sino enfermos. Nadie es "copia" de otro en las formas de manifestar sus síntomas. Cada cual tiene y hace "su vida". Por ejemplo, ante un problema gástrico que antes no existía, y coincidiendo con la ingesta de algún producto, tenemos la obligación de averiguar si tiene relación o no. Por algo elemental: el A.A.S., que se utiliza como angiagrente, podría ser el culpable de tal síntoma, por lo que procederá, bien derivar al paciente al prescriptor, bien cambiar el producto, siempre que estuviera protocolizado; ahora sí. Es un simple sopesar "riesgo-beneficio". No hay que recomendar algo por el simple hecho de figurar en un "protocolo"; hasta la dosis hay que tenerla en cuenta, tanto por el peso como por la edad u otras situaciones personales. Lo que nunca debería hacerse es programar consultas para este tipo de personas más allá de las dos semanas. En medio de ese tiempo ¿a quién consultan?


CONTROL DE MEDICAMENTOS QUE AFECTAN AL FUNCIONAMIENTO DEL CORAZÓN.


El Corazón recibe sangre, capacidad impelente, y la devuelve al sistema circulatorio mayor, función expelente, una vez que se ha oxigenado en los Pulmones, circulación menor. Para ello es preciso que "llegue" esa sangre a la Aurícula Derecha (A.D.) y ésta la reenvíe al Ventrículo Derecho (V.D.). Para ello tenemos que tener en cuenta que el retorno de aquella "sangre venosa" se produzca con normalidad; y una vez revisada esa función, asegurarnos que la sangre de la A.D. pueda ser "inyectada" al V.D. Objeto de revisión serán las venas y su paso por el Higado; y de aquí a la A.D. Datos significativos serán el estado de esas venas, el tamaño del Hígado y la receptividad por la A.D. de esa sangre.


Esta A.D. puede estar comprometida (aunque no es frecuente) por la válvula Tricuspídea, que puede abrirse con cierta dificultad, lo que llamará la atención por un ingurgitamiento impropio de las venas yugulares. Si la válvula no cierra bien, el inconveniente funcional es que la sangre que debe empujar el V.D. hacia las Arterias Pulmonares, parte de ella cogerá el camino de la A.D., regurgita. También puede producirse ese mecanismo cuando las Arterias Pulmonares no permiten más presión, por lo que primero se acumulará en ese V.D. y después hará que se afecte la citada válvula Tricuspídea y la A.D.


Esas Arterias Pulmonares, al mismo tiempo, también se ven comprometida por el funcionamiento anormal de la Válvula Pulmonar, que tampoco es frecuente. Obviamente, si auscultamos esos Pulmones no escucharemos reuidos achacables a "estancamiento" de líquido: crepitantes, ya que ese es el problema. También, obviamente, se producirá esa regurgitación cuando se produce cardiopatía de origen isquémico, tanto en fase aguda como crónica, que debemos tener muy en cuenta.


Volviendo a las Arterias Pulmonares decimos que tienen como función ser el vehículo impulsor por el cual camina la sangre hasta los alveolos, para intercambiar allí Cmonóxido de carbono por oxígeno, convirtiendo aquella sangre venosa en sangre arterial, que es transportada a la Aurícula Izquierda (A.I.) por las venas pulmonares (aquí recibe ese nombre peculiar, de vena, ya que siendo sangre oxigenada, propia del sistema arterial, su función es "llevarla" hasta la A.I.


Y reproduciendo el recorrido, si la A.I. está en condiciones anatomofisiológica normales recibirá esa sangre, ya oxigenada, para reenviarla al Ventrículo Izquierdo (V.I.), que la impulsará a la circulación mayor, saliendo por la Válvula Aórtica que comunica con la Arteria del mismo nombre.


¿QUÉ PUEDE SUCEDER?


Basta con revisar, como antes hemos dicho, esos dos circuitos o recorrdio, conocido como circulación menor y circulación mayor. Para ello, tanto el sistema venoso como el arterial deben estar en condiciones óptimas. Y eso no sucecede siempre, sobre todo por el paso del tiempo, donde las venas se van dilatando, incluso produciendo trombos, y las arterias endureciéndose, o lo que es igual: pierden elasticidad para adaptarse a los supuestos cambios hemodinámicos. Y además de eso, es la "bomba" o carazón el que va a sufrir esas consecuencias, como los Pulmones sufrirán por el anormal funcionamiento del Corazón.


Las válvulas en este caso juegan un papel crucial para que esas "dos" circulaciones, la menor y la mayor, se produzca en las mejores condiciones. Pero, como decimos, el estado del corazón como músculo juega un papel fundamental; nos referimos, ahora, a las células, tanto específicas como musculares. Hablamos de su capacidad para "despolarizarse" y "repolarizarse", que resulta básica para no sufrir arritmias.

¿Qué sucede si esos dos fenómenos, sin perjuicio de los demás, no se producen adecuadamente?


Simple: el corazón no cumplirá la función que le estaba encomendada: de recibir y expeler la sangre. Es aquí cuando recibe el tratamiento, o la ayuda mínima imprescindible, "la adecuada" ¿Y cuál es ese tratamiento "adecuado"? La respuesta no puede ser otra que el suficiente, por necesario, para compensar esa "alteración o desequilibrio" producido. Pero una cosa hay que tener siempre presente: a partir de una determinada lesión el corazón no cumplirá correctamente su función. Necesitará ayuda.


Se trata de "ayudar" a ese desequilibrio o alteración. Por ejemplo: si la célula depende del Ion Sodio para provocar la "despolarización" y, presumiblemente la contración del músculo, tendremos que tener en la sangre la suficiente cantidad de ese ion; en consecuencia, su exceso provocará "excitación" excesiva; y su disminución provocará una disminución de esa excitabilidad para provocar esa despolarización.


De la "recuperación" celular o repolarización es responsable máximo el ion Potasio, lo que debe traducirse que su disminución provocará una repolarización deficiente, y, por tanto, aumento de excitabilidad. Se dice que la célular no está convenientemente repolarizada. Y su aumento traducirá todo lo contrario, incluso una asistolia cardíaca, que se evidenciaría electrocardiológicamente como imagen de "montaña rusa", sólo que es letal.


VOLUMEN DE EYECCIÓN.


Es la cantidad de sangre que sale bien del V.I. bien del V.D., que deben corresponderse, porque de lo contrario en algún lugar se remansaría ese volumen que no ha sido expelido, bien hacia los pulmones, bien hacia el sistema circulatorio mayor o sistémico. Este parámetro, técnicamente, se puede apreciar hoy en dia a través del ecocardiograma, aunque la mejor medida seria con un cateterismo, que, además de agresivo, puede tener sus complicaciones.


Clínicamente podemos detectarlo, o intuirlo a partir de determinados sínstomas y signos, que algunos ya hemos comentado. No obstante, repetimos: si el fracaso se produce en el V.D. no se escucharán "ruidos" en los Pulmones; y si sucede en el V.I. se afectará primero la A.I. y posteriormente un encharcamiento pulmonar. Aquí el paciente entraría en Edema Agudo de Pulmón, que tiene su evolución, normalmente violenta, muy rápida, pero encharcamiento. Escucharemos lo que se conoce con el nombre de "crepitantes", que serán más evidentes a la altura de "medio pulmón".


SISTEMA ESPECÍFICO DE EXCITACIÓN Y DE CONDUCCIÓN.


Si existe un sistema específico de excitación y conducción es por la sencilla razón de que otro "sistema" también entra en juego, como el Sistema Nervioso Central, que influirá sobre aquél sistema intrínseco, aunmentando o dismunuyendo su actividad y, consecuentemente, el "trabajo" cardíaco.


Pero la medicación convencional que se utiliza va a actuar sobre los vasos, tanto venoso como arterial, permitiendo su adaptación a la "nueva" situación, lo que no excluye que también se tenga en cuenta a ese sistema nervioso central, al objeto de que el mismo no influya excesivamente en la estimulación de aquel sistema específico. Se produce una evidente "descarga" de aminas vasopresoras.


TRATAMIENTO.


Precarga y postcarga será objeto de tratamiento: diuréticos, potasio, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, de primera o segunda generación, bloqueantes de la actividad (antisodio) y/o relajante arterial, anticalcio, y, en su caso, antiagregantes plaquetarios será la medicación a controlar, para determinar si la evolución clínica es la adecuda. Otros productos podrán coadyuvar al tratamiento, bien como complementario, bien para impedir trastornos gastrointestinales, así como una adecuada eliminación. Y todo esto un paciente necesita consultar. Otro ejemplo: es posible que con betabloqueantes (antisodio), el simple hecho de incorporarse de forma normal, en los pacientes que tomen esa medicación puede sentir mareo, producido por la respuesta a esa bipedestación.


La proporción entre productos, pauta y dosis también deben ser objeto de control, que se manifestará tanto por la clínica que nos refieran como por parámetros que tenemos que registrar, y que tenemos, debemos, valorar. Presiones venosa y arterial, frecuencias cardíaca -central- y respiratoria, gasometrías, control iónico, glucosa y electrocardiograma son elementos suficientes para evidenciar que la medicación es la adecuada; sin perjuicio de la clínica que se nos manifieste.


Otros parámetros también debemos tenerlos en cuenta, pero con esto que hemos mencionado podemos darnos por satisfecho, al menos en principio.


¿Puede el sistema reorganizar los servicios de salud de tal forma que esto se realice por la Profesión Enfermero?


¡Desde luego que sí!, bien a través de la "especialización", bien con cursos de formación continuada acreditada, que vienen en la Ley como como Diplomas de Acreditación y Diplomas de Acreditación Avanzada, de la competencia de los Servicios de Salud.


Competencialmente hemos de tener en cuenta que bajo el punto de vista de "Profesiones Sanitarias, tituladas y reguladas, no existe la "exclusividad", ni por supuesto la exclusión de actividades; es cuestión de conocimientos y habilidad. De ahí que tengamos la obligación de actualizar estos conocimientos o demandarlos, porque la ciudadanía nos necesita. No puede ser médico para todo, por el simple motivo de que el sistema no lo soporta, como estamos viendo.


¿Se imaginan que fueran Licenciados los responsables de la Educación infantil y primaria? ¿O que los Arquitectos fueran los que dirigieran la ejecución de la obra?; ¿o que los Ingenieros fueran los que peritaran la siniestralidad de los coches?. Y así podíamos continuar con un sin fin de competencias, que razonable y lógicamente se vienen realizando en función de la Profesión que se ejerce.


¿CUÁL ES LA COMPETENCIA DE LA PROFESIÓN ENFERMERA?


¿Será sólo aquella que nos indique siempre el médico? Esto ni puede ser ni resulta comprensible.


El Sistema sanitario es público, porque se financia con fondos de todos. Y el ciudadano no tienen por qué soportar listas de espera ni esa "dependencia" que pretenden crear los medios respecto de "todo por el médico" ¡YA ESTÁ BIEN!

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