A nosotros no manda todo el mundo, por sistema. Así nos "educan" desde que llegamos a una planta. El nivel lo "marca" la supervisión, la cual, salvo excepciones, suele ser aquella elegida que viene impuesta de forma directa o indirecta. Tardas en darte cuenta de donde le viene la designación, pero te enteras. No es grave, sino fuera porque se viola la Ley; y lo peor de todo es que, al no ser consciente de la ilegalidad sobre su elección, pues actúa como si todo fuera correcto. Y debe ser así porque, de lo contrario, sería imposible tener tantísima cara como para que luego intente aplicarte a ti cualquier cosa. No te alega ningún argumento. Te dice: "eso es lo que han dicho abajo", porque abajo siempre está el despacho de otra, cuyos conocimientos, si los tiene, no se dejan ver.
En definitiva, todo el mundo nos manda, no saben con base en qué, pero te mandan; y cuando no son capaces de solucionar el asunto, entonces te lo dejan para que lo resuelvas.
¿Cómo verá cada cual el asunto?
Pues, ..., desde luego que depende del nivel de conocimiento y competencia. Es que se nota cuando das con alguien que sabe, o que quiere aprender. El problema es cuando encuentras personas que ignoran tanto que deciden "elevar" el mentón y hablarte "desde arriba", para que veas donde está el poder ¿poder, ...? Sí, ese que se arrogan sobre la base del enchufe del político de turno.
Nosotros tenemos muchísima culpa. Y cuando decimos "nosotros" no excluimos a nadie: a una por inactividad y a otros porque no quieren saber nada. Quizá sean los más listillos, porque saben que es difícil "luchar" contra el sistema, ese que nos aprisiona desde arriba. Y esos de arriba don los únicos culpables, por el elemental motivo de que le da igual quien responda a su petición.
¿Y si nosotros le hiciéramos el vacío a aquellos médicos que pretenden ignorarnos?
Aquí sí que deberíamos hacer un "piña" con cualquier compañero, cueste lo que cueste y pese a quien pese. Sería la única forma de hacer valer eso que se ha conseguido escribir en la Ley y que tanto nos ha costado conseguir: 1) que somos una Profesión Sanitaria titulada, regulada y colegiada; 2) que tenemos plena autonomía técnica y científica; y 3) que el único límite en el ejercicio de la Profesión es el derecho del usuario y paciente. No existe eso sí, eso no. Quien decide es el paciente.
Ahí tienen un ejemplo, que por fiarse dos Enfermeras de la Farmacéutica han sido condenadas. Y piensen que médicamente el problema no tenía solución posible. Es decir, que la dosis prescrita nadie la discute; se discute esa otra dosis, aunque alguien me pueda discutir que la multiplicaron por 10. A esto respondería que he sido testigo de administrar tanta dosis de noradrenalina que el paciente tiene facies cadavéricas.
Legalmente, y sin posibilidad de "dar marcha atrás", estamos definidos como PROFESIÓN SANITARIA. ESTO QUIERE DECIR QUE NO SOMOS AUXILIARES DE NADIE. Y ESTO TENEMOS QUE HACÉRSELO VER A LOS JUECES Y MAGISTRADOS, QUE ESTÁN "DUROS" DE CONVENCER, PERO QUE TIENEN QUE ATENERSE A LA LEY: "OPE LEGIS". SOMOS PROFESIÓN, GUSTE O SÍ.