domingo, 27 de noviembre de 2011

UNICORNIO Y MITOS

CUANDO MEJOR DEBERÍAMOS ESTAR, DOS PASOS ATRÁS.

¿Por qué, cuando vamos a dar un paso adelante se producen dos para atrás?

Un paso adelante, con la posibilidad de “prescribir” medicamentos y productos sanitarios (Art. 77.1 Ley 28/2009), y dos pasos atrás: el desarrollo de esa Ley.

Cuando pensábamos que aprovechando la adaptación de los estudios de Enfermería al Acuerdo de Bolonia, y que por fin se cumpliría lo ordenado en la Directiva Europea, que exige un mínimo de 4.600 horas, provocando un Plan de estudio de cinco años, aparece el Acuerdo de Consejo de Ministros de febrero de 2.008 y arrumba la ilusión.

Igual nos sucedió en el año 1.987, cuando iban a desarrollarse las Especialidades para la Profesión Enfermero, 21 Especialidades más las áreas de capacitación específica, dejando atrás los “diplomas” de la profesión de A.T.S., sucede que se separan dos de éllas: Fisio y Podología y se reducen las demás a séis.

Otro tanto nos ocurrió con los puestos de trabajo en los servicios centrales de las Instituciones sanitarias, cuando parecía que se desarrollarían formalmente las Especialidades en los Laboratorios de Radiología, Bioquímica y Hematología, otros dos pasos para atrás: hemos sido expulsados de los mismos.

Cuando entendíamos que íbamos a ser los Directores de los Departamentos de las materias de Enfermería, llegan los doctores y nos lo arrebatan.

Cuando creíamos que íbamos a ser los Profesores de todas las materias de Enfermería, llegaron los “licenciados” y nos las quitan.

Cuando entendíamos que, por fin, recuperaríamos el control de las Escuelas de Enfermería, llegan los políticos y las adscriben a las Facultades de Medicina, copiando del generalísimo.

Cuando creíamos que se implantarían los Profesores Asociados en todas las Instituciones Sanitarias, las universidades se inventan la figura del “colaborador”. Estábamos convencido de que el alumno iba a ser tratado como eso, como alumno.

Cuando creíamos que iban a crearse las Comisiones de Docencia en las Unidades Docentes, llega la medicina y se apodera de ellas.

Cuando pensábamos que íbamos a disponer de dos estructuras para defender los intereses de la Profesión Enfermero, con un Consejo General fuerte y un Sindicato acompañando nuestras reivindicaciones, se produce una separación total en las dos organizaciones.

Cuando el Sistema Nacional de Salud preveía tres Direcciones Generales, una por cada objetivo, aparece la superestructura médica y arrumba las ilusiones.

Cuando nos convencieron que íbamos a ser la “puerta” de entrada al Sistema de Salud, en la Atención Primaria, llega la estructura médica y nos colocan al “coordinador” del equipo, supeditando a todo el personal a sus órdenes.

Cuando creíamos que se crearía la Relación de Puestos de Trabajo en las Instituciones Sanitarias, reconociendo las Especialidades y sus correspondientes categorías, los servicios de salud se anticipan y crean “categorías” entre Enfermeros. Antes, al menos, existían las “modalidades” de puestos de trabajo, en función del tipo de asistencia: hospitalaria y primaria.

Cuando entendíamos que iban a elaborarse unos temarios permanentes para las oposiciones, surgen “academias” por todas partes, con los datos estadísticos de las preguntas más comunes en las anteriores pruebas.

Cuando estábamos convencidos de que habría un “baremo” de reconocimientos de méritos, cada servicio de salud aprueba los suyos.

Cuando nos convencieron de que se iba a definir a la Profesión Enfermero, llega la Ley de Ordenación de las Profesiones y nos lo chafa. Dice que “dirigimos, evaluamos y prestamos cuidados”

¿QUÉ O CUÁLES PROBLEMAS NOS AQUEJAN?

El peor de todos ellos es la desunión. Cada uno va por su cuenta. Los Colegios, a lo suyo; los docentes, a lo suyo; las Asociaciones, a lo suyo; el Consejo, a lo suyo; los Sindicatos, a lo suyo; las Direcciones de Enfermería, a lo suyo; y los colegiados, a lo suyo.

¿Quién/es es/son el/los responsable/s de todo ello? Porque no nos negaran que tiene que haber algún “virus”. No sé si muta, pero que lo tiene que haber es seguro, porque no es normal.

Quizá la solución esté en que nos debemos hacer políticos, pero no vocacionales, porque los pocos que hay más parecen “salvadores de la patria” que Profesionales influyentes en los Gobiernos. Hemos visto cómo se pronuncian “los cuatro” que andan por ahí, y ha resultado que cuando “llegan”, “si te he visto no me acuerdo”.

¿QUÉ EN QUÉ ME BASO PARA DEDUCIR TODO ESTO? ¡Vean la foto de la exMinistra Pajín con el presidente del Consejo General de Colegios Enfermeros, con motivo del “acuerdo” para no sé qué cosas, compárenla con la foto de la OMC y entenderán lo que digo!

¿CUÁNTES VICEPRESIDENCIAS DEBERÍAN CREARSE EN EL CONSEJO GENEAL? Tan sencillo como una por cada uno de los temas que nos aquejan.

Ahora lo que tenemos son “unicornios”, entendido como aquella criatura mitológica. Y son mitos, porque nos relatan cosas referidas a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, como acabamos de hacer con este artículo.

Mientras, las Enfermeras se quejan de la excesiva carga de trabajo que soportan ajenas al nombramiento que se les expidió, porque tienen que soportar a los MIR y de secretarias-administrativas de las unidades, gestionando todos los casos, al tiempo de realizar su trabajo y hacer de Nightingale, con su lámpara, intentando disminuir el sufrimiento de los pacientes. Hacemos puntualmente todo lo que se nos pide, pero no nos dejan ver los resultados: trabajamos a ciega; y encima te preguntas ¿qué tal? ¡Yo!, bien, gracias. Y a esperar que llegue el relevo ¡Hasta luego!, porque nunca se marchan

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