Así nos va. Luis Berenguer Fuster, Presidente de la Comisión Nacional de la Competencia, considera necesario acabar con la colegiación obligada en determinadas profesiones por considerar que puede limitar la competencia y quiere que se redefinan las funciones de los colegios profesionales. La CNC ha señalado que es preciso "quebrar la asociación automática de profesión titulada con colegio profesional", porque "una cosa es restringir la entrada a un mercado por razones de interés público" y otra obligar a que, además de contar con el título, el profesional deba estar inscrito en un colegio. ¡A ver, don Luis!, ¿qué carrera a estudiado usted -si es que lo ha hecho-, cuáles han sido los manuales que ha utilizado y cómo se comportaba el profesor del contenido de la materia?.
¡A ver, don Luis!, una cosa es la titulación a la que se accede y otra bien distinta y diferente es el ejercicio de la Profesión que la exige para tener derecho a ejercerla. En los estudios universitarios conducentes a la obtención de un título, intervienen un sin fin de titulados, cuya formación deja bastante que desear. Por otra parte, y aunque la formación de los mismos fuera "ideal", cosa que dudo, debería usted saber que en la mayoría de esos "profesores" se producen tres situaciones: una, que son puestos a dedo; dos, que son simples teóricos de unos "supuestos" conocimientos; y tres, que sus retribuciones no les dan ni para vivir. Además, no le quiero recordar que, en todos los casos, en sus exposiciones prima su percepción de unos supuestos de hechos, que fundamentan según sus pretensiones, para que, obviamente, esos hechos así fundamentados, coincidan con la consecuencia.
¿Qué pretendo decirle?, pues muy sencillo: que tiene que reflexionar, quizá más tiempo que el resto de los mortales, para verter opiniones de este tipo. Lo que sí debería hacer -si es que se atreve- es instar a las múltiples Comunidades Autónomas para que no creen colegios "profesionales" innecesarios, porque todos ellos violan la norma constitucional y la doctrina del Magno Tribunal al respecto. ¿Pero es que le parece de recibo crear colegios profesionales para personas con titulación de formación profesional, licencias, autorizaciones y otras tantas acreditaciones administrativas ?. Aquí usted y esa Comisión -que lo que menos hace es defender la libre competencia- no pueden publicar todo lo que se les antoje, porque puestos a opinar, a nosotros nos parece que sobra esa Comisión y los miembros que la componen. Porque, ¿cuál es su competencia si, por ejemplo, la Gasolina cuesta en todos los establecimientos igual?.
¡Don Luis!, sin acritud: una cosa es la titulación que se obtiene, despues de "soportar" a los profesores impuestos por el grupito de turno, y otra bien distinta y diferente es la Profesión, que se organiza y reorganiza en función de las experiencias vividas en cada rama o faceta de la vida profesional. Precisamente el problema es ese: que los Parlamentos no nos dejan establecer una serie de requisitos previos a la admisión como colegiados a los titulados que demandan la colegiación. Usted pretende, de forma encubierta, transformar a los Colegios Profesionales en otra cosa, sobre todo que esa "nueva cosa" dependa jerárquicamente de algún miembro del Gobierno, pero le tengo que "enseñar" que ese experimento yo lo intentó el señor Moscoso, y no funcionó. Sí, el señor Moscoso, del Partido Socialista, que pretendía introducir en las Organizaciones Profesionales a un "comisario político" como Secretario General.
Titulación y Profesión, efectivamente, "van de la mano", pero tiene que saber que la titulación es un devenir académico y la Profesión los es científico, aunque fuera experimental. El mundo académico y el mundo profesional son dos cuestiones distintas y diferentes, tan distintas y diferentes que ahí es donde usted se pierde.
La titulación camina, precisamente, hacia la investigación, que acredita con la consideración del título de doctor; es decir: se convierte en un teórico. La Profesión lo hace en sentido inverso: vive la realidad profesional y la transforma, si es que puede. ¡Ay señor!, la opinión es libre, sí, pero cuando proviene de un cargo político devería ser más consecuente. Pero estos "bomberos-pirámanos" no tienen remedio: un día se levantan después de ... y ¡una nueva discusión!. El caso es entretener al personal, como lo ha hecho conmigo durante este tiempo.