Desde luego que si fuera por la presión de algunos Colegios Enfermeros, jamás se legalizaría la prescripción Enfermera; o lo que es lo mismo: devolver la seguridad jurídica a esta Profesión; o dicho en otros términos: respetar la dignidad de esta Profesión. El silencio de estos Presidentes es casi absoluto, quizá porque así se lo ordene su jefe, al que obedecen ciegamente -¡ellos sabrán por qué!-, quizá, ¡por qué no!, porque así dan la "talla" del interés por la profesión a la que representan. Esos Presidentes Provinciales cada día se parecen más a esos políticos que tienen más interés en defender su patrimonio que el servicio a los demás. Recuerdo al Presidente del Colegio de Murcia, que se atrevió poner fecha límite a la inactividad del Gobierno para que rectificara el contenido de aquella Ley del Medicamento de 2006 con un nuevo proyecto. Desde entonces no hemos vuelto a saber nada de él, ¡ni de su ultimátum!.
VUELVE LA SEÑORA MARINA GELI.
Otra Consejera con interés por el asunto es la señora Geli, que se pronunció antes que la Consejera Montero, pero por motivos que desconocemos cedio el protagonismo a la Consejera de Andalucía. Se suman a esta necesidad Galicia y Castilla la Mancha; ¡y qué casualidad! que ninguna de esas Comunidades Autónomas es gobernada por el Partido Popular, esos "amigos" del inquilino-empresario-presidente del Consejo General de Colegios Enfermeros; sí, esas personas, entre las que contamos al entonces Delegado del Plan Nacional antidrogas, que "compartió aula" con el inquilino-empresario-presidente del Consejo General. ¿Dón destá la derecha, o el centro-derecha Partido Popular?: suponemos que al lado de esos otros médicos del partido socialistas que votan pp.
Parece, por los datos que tenemos, que todas las Comunidades Autónomas gobernada por el Partido Socialista se han pronunciado por el contenido del Proyecto de Decreto de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que resulta tan ilegal como si en el mismo se permitiera prescribir medicamento; porque, según la fatídica Ley, tanto se desautoriza la prescripción de productos sanitarios como el de medicamentos.
DOS CUESTIONES RESULTAN ESENCIALES.
Si esa fuera la voluntad, no obstante debemos hacer dos puntualizaciones: una, habrá que revisar los criterios de verificación de los planes de estudio, contenidos en la orden de 3 de julio de 2008, ya que no se prevé como objetivo formativo el conocimiento e indicación de medicamentos, porque, al fin y al cabo, también son considerados medicamentos aquellos que no precisan "receta médica", objetivo que sí se prevé para los productos sanitarios; y dos, que la "pelea" vendrá luego, cuando se tenga que determinar a qué "producto sanitario" nos estamos refiriendo.
PERO, ¿QUÉ PASA CON LA PARTICIPACIÓN?
Hasta ahora, ya vemos por donde van unos y otros: los primeros por "legalizar" utilizar una gasa y un esparadrapo; los segundo, quizá influenciados por sus conocimientos, aconsejan que se incluyan como "medicamentos" objeto de prescripción aquellos que se anuncien "en la tele"; dirán, ¡si lo anuncian en la tele, los podré prescribir yo!. Y ese conocimiento es su límite.
¿QUÉ SUCEDE EN LA VIDA NORMALMENTE?
Lo normal es que esos temas, con contenido técnico-científico, no pueden dejarse a cualquiera, como pueden ser el Presidente del Consejo Andaluz de Colegios Enfermeros o al inquilino-empresario-presidente del Consejo General, porque ninguno de los dos han demostrado ni demuestran el mínimo conocimiento necesario de lo que se les propone. Luego, ¿por qué lo hacen?. Eso es, precisamente, lo que nos preguntamos; solo que nos vemos obligado a soportar ese tiempo de espera para ver sus resultados, que, como siempre, suele ser nefasto, como lo era aquel bodrio de proyecto de orden que nos propuso el inquilino-empresario-presidente como bueno, el cual se limitaba a salvar a los podólogos.
ORDENAR LA PROFESIÓN Y LA PRESCRIPCIÓN.
Una organización colegial que solicita de sus colegiados que les remita las actividades que lleven a cabo ya deja mucho que deseer, porque es justo lo contrario de lo que uno podría imaginarse. Pues bien, si el inquilino-empresario-presidente pregunta esto en "su" diario enfermero es que no tiene ni idea, ¡y es lógico!, ya que el inquilino-empresario-presidente pasó de ATS a "cirujano-callista-pedicuro" por el simple mérito de figurar inscrito como colegiado durante un tiempo; y de ahí al doctorado ha sido una cuestión de fechas, ¡y nada más!.
En definitiva, necesitamos "comisiones" técnicas que discutan estos temas, que sustituyan al "todopoderoso" cirujano-callista, que es esa persona que "negocia" todo, cuando su único bagaje es crear empresas en tiempo récord.
SEÑORAS Y SEÑORES (¡POCOS!) CONSEJERAS.
Fuercen al Ministro de Sanidad en este asunto, porque este hombre es más lento que el Ministro de Economía, cuya única ilusión en esta vida es que lo cesen; ¡y así nos va!. La prescripción es un tema vital. Y lo es porque los Enfermeros estamos todas las horas del día administrando medicamentos sin que la Ley se haya dignado, ni siquiera, citarnos como administradores únicos. Aquí, como en tantos otros asuntos, la medicina, esos que se miran todos los días el ombligo, entiende que son los únicos que pueden opinar. La salud, su cuidado, tiene dos importantes componente: la hipocondría y la "creencia". La hipocondría, caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso y preocupación constante y angustiosa por la salud; y la creencia es aquella actitud de tener por cierto algo que nuestro entendimiento no alcanza. Y de ahí que la medicina, sus poderes fácticos, utilizando sus engranajes, sea capaz de "meternos" por los ojos que nada es posible sin ellos, como si los demás fuéramos "invitados de piedra".
VERGÜENZA debería darles a estos políticos que tanto miran para ellos y tan poco por los demás, saber que la Profesión Enfermero está siendo humillada y deshonrada, precisamente por miembros de un partido político que se autoproclama "socialista". Si esta Ley del medicamento hubiera sido redactada por el partido popular, quizá se hubieran tenido que exiliar, pero como es obra de ese partido que se dice socialista, ¡pues no pasa nada!; ¡y que todavía alguno tenga la "delicadeza" de justificar esta situación!.