El sistema exige especializar a la Profesión, y el Gobierno no puede negar ese derecho, que no es solo nuestro, corresponde a los usuarios y pacientes del sistema, que son los destinatarios.
Tengamos en cuenta que existen más extranjeros médicos especializándose en España que Enfermeros; y eso no puede ser. Y no puede ser por la sencilla razón de que es mucho más rentable especializar a una Enfermera que a diez médicos extranjeros. Con el costo de especializar a diez médicos se especializan treinta Enfermeras, que se quedan en España.
Pensemos que una Enfermera especializada AHORRA un montón de coste, porque previene la reagudización del cuadro clínico.
El Gobierno es el responsable de esta Empresa que se llama Sistema Nacional de Salud, y, por tanto, es a quien le debería preocupar tener a empleados especializados, a un coste muy económico, pero tremendamente rentable.
LOS RESPONSABLES DE LOS SERVICIOS DE SALUD TIENEN QUE APLICAR LA LEY.
Y la tienen que aplicar poniendo al frente de cada unidad asistencial a la mejor Enfermera de la misma. "Los favores" no tienen cabida cuando del trabajo se trata.
Dijo la Ley que la Enfermera es la que DIRIGE los cuidados propios de su Profesión, por lo que, mientras no se demuestre lo contrario, todo el personal que preste servicios en una Unidad de hospitalización tiene que estar a las órdenes de la Enfermera. Y como ejemplo de ello tiene que tener al frente de la Unidad a la "mejor" de las Enfermeras, no a la más recomendada. Y peor aún es llegar a conocer a Enfermeras con nombramiento "temporal" como la responsable de una Unidad, porque lo único que traduce esas actuaciones es provocar una desmotivación generalizada.
Los servicios de salud no son "los cortijos" de ningún político. El político responsable de que se preste el mejor servicio posible tiene que designar a quienes dice la Ley, responsabilizándolo, pero en sentido estricto.
EL GOBIERNO NO PUEDE CONTINUAR PERMITIENDO QUE LAS ENFERMERAS "SE DESPERREN" HACIENDO CURSOS QUE NO SIRVEN PARA OTRA COSA QUE ENGORDAR LOS BAREMOS, QUE DAN LA SENSACIÓN DE ESTAR HECHOS A LA MEDIDA DE LOS QUE NEGOCIAN CON ELLO.