"Hay que tener en cuenta también que ciertas actividades de Enfermería las asumen los Técnicos Auxiliar de Enfermería y otras ..." Así, literal, tal cual. ¿Entienden que una persona así puede ocupar un cargo en el SES, o en cualquier otro servicio de salud?
Nuestro problema, lo hemos escrito hasta la saciedad, son aquellas personas que acceden a puestos de cierta responsabilidad. Nos referimos a titulados en Enfermería que han sido elegidos y designados -nunca por méritos propios- para ocupar cargos en el sistema o servicios de salud, que tanto da.
El problema es la forma de entender, tener ideas claras, de qué es la Profesión Enfermero.
A lo largo de la historia hemos conocido multitud de opiniones al respecto, casi todas sesgadas. Se ha visto desde el punto de vista docente, técnico, asistencial y holística, en referencia a esa doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo "componen". Y lo peor de todo es que se ha llevado al BOE.
Si nos decantáramos por alguna de las ideas que nos han precedido caeríamos en el mismo error. Así, mientras no se modifiquen las leyes, habrá que estar a lo regulado, que nada tiene que ver con lo que cada cual entienda personalmente.
¿Cuál es la situación actual?
Desde luego que no es la suma de las partes. Y no lo es porque, por ejemplo, los técnicos sólo ven eso, datos, sin tener en cuenta a las personas, sus circunstancias individuales en relación con el entorno y medio ambiente, lo que le hace enfermar o sentirse en tal estado que, al final, terminan alterando la función o lesionando a algún órgano, aparato o sistema.
Docentes.
Los docentes son, quizá, los que más daño han provocado, al tiempo de haber obtenido los mejores resultados personales; ahí están esas personas que llegaron a crear una Asociación a nivel Nacional, con demasiada influencia en el ministerio del gobierno de turno, tergiversando las cosas, con un único objetivo: colocarse en puestos universitarios, que consiguieron. Crearon escuela, se dice, pero para peor.
Consiguieron todo lo que se propusieron; y se propusieron que, sin tener título académico habilitante, ser profesoras titulares, derogar la estructura y contenido del inicial plan de estudio elaborado y aprobado cuando se retornó a la Universidad en el año 1.977.
No les gustaba el nombre de las materias troncales, así que no pararon hasta conseguir sus objetivos: echar a las personas que había y "reconvertir" a las dóciles. Consiguieron, por ejemplo, cambiar el nombre a aquella materia conocida como "patología médica y quirúrgica" porque decían que "sonaba a médico"; problemas con el latín. Así, escribiendo en su lugar "enfermería" médico quirúrgica", al tiempo de adscribirla a un área de conocimiento concreta, se las apropiaban en exclusividad, para lo que tuvieron que hacer "ingeniería" en el BOE, ya que carecían de la titulación exigida para acceder al puesto académico.
No les gustaba el nombre de las materias troncales, así que no pararon hasta conseguir sus objetivos: echar a las personas que había y "reconvertir" a las dóciles. Consiguieron, por ejemplo, cambiar el nombre a aquella materia conocida como "patología médica y quirúrgica" porque decían que "sonaba a médico"; problemas con el latín. Así, escribiendo en su lugar "enfermería" médico quirúrgica", al tiempo de adscribirla a un área de conocimiento concreta, se las apropiaban en exclusividad, para lo que tuvieron que hacer "ingeniería" en el BOE, ya que carecían de la titulación exigida para acceder al puesto académico.
Claro, si soy "profesora" y no tengo pajolera idea del asunto, de enfermedades, tendré que hablar de lo que se; luego, cambio el nombre de patología por el de enfermería, que "todo lo puede".
Nanda, Nic y Noc.
Después llegaron otro tipo de "docentes", y no tuvieron más ocurrencia que hablar de "nanda, nic y noc", como si hubieran inventado algo nuevo. Diagnósticos, actividades y resultados, que no son otras cosas que lo establecido y sin visos de poder ser modificado, sólo que cambiando, ¡otra vez!, el concepto por la definición. Para esta gente el concepto es la definición; y la definición el contecepto.
Es cierto que novedades recientes han modificado algunos términos y su definición, pero la esencia de aquéllas dejan huella. Un concepto es lo que es, necesitado de "definición". Por ejemplo, escriben: "disminución del Gasto Cardíaco" y lo definen más o menos de forma correcta: "la cantidad de sangre bombeada por el Corazón es inadecuada para satisfacer las demandas metabólicas del cuerpo". Pero, a rengló seguido, dicen que es un "diagnóstico" "limpieza ineficaz de las vías respiratorias", con la siguiente definición: "incapacidad para eliminar las secreciones u obstrucciones del tracto respiratorio para mantener las vías aéreas permeables".
Dicen que es un diagnóstico de enfermería "limpieza de las vías aéreas"?, ¡hombre!, más que un diagnóstico es una actividad. En definitiva, que no están más perdidas porque no se han encontrado.
Técnicos.
Éstos tienen otro problema, ya que para esa filosofía sólo existen datos, como si las personas fuéramos robot, máquinas o ingenios electrónicos programable que funcionamos a expensas de "controles" de parámetros.
Asistencial.
Esta otra forma particular de entender a la profesión. Está influenciada por las docentes, que desprecian los datos y parámetros de la vida a cambio de "introducir" corrientes que sólo ven actividades al pie de la cama de los enfermos, a los que diagnostican según las corrientes del momento y pretenden "cuidar" directamente. La delegación de tareas no existen; es una forma de "justificar" las retribuciones. Pocos esfuerzos mentales se precisan; si acaso algunos físicos, de los que a la larga también se quejan.
Holísticos.
El diccionario define el concepto holismo como aquella doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo "distinto" de la suma de las partes que lo componen; y podría ser la filosofía más aceptable, porque, al final, lo que cuenta es la forma de cómo cada persona asume y acepta o no su realidad, que no tiene porqué servir para los demás. Pero extraer "del todo" esa peculiar realidad tampoco será la solución.
Vuelta a los orígenes.
Al final, nos quedamos con lo que ha sido la Profesión de toda la vida: arte y ciencia; o ciencia y arte. La medicina alegaban "poder divino", los Enfermeros cuidábamos, poniendo arte y lógica. Lo que no puede ser una Profesión Sanitaria, titulada, regulada y colegiada es "cuidar" simplemente, como introdujeron algunos progres, ya que tenemos la obligación de saber qué intentamos cuidar, tesis que los partidarios no saben ni entienden. No se trata de "limpiar" la sudoración producida como consecuencia de una, por ejemplo, hipoglucemia, tenemos que saber que se trata de eso, para lo que necesitamos conocer el porqué, para dar respuesta Profesional.
Si buscamos la definición del concepto "diaforesis" nos dirá que es un término "médico", por lo que será desechado por esos progres, al entender que la Enfermera es cosa distinta a la Médica. Y la diaforesis, nos guste o sí, es definida como excesiva sudoración profusa que puede ser normal, como resultado de la actividad física, como respuesta emocional, como síntoma de una enfermedad subyacente o por otros efectos tóxicos. Limpiar ese sudor es cuidar; saber el motivo es cosa de profesionales. "Dctor, el paciente está sudando"; y eso no puede ser, ya que no haría falta estudiar durante cuatro años para realizar esa pregunta; como tampoco es necesario ese tiempo para limpiar el sudor y hacer lo que te digan que hagas.
Como diagnóstico de eso que llaman Nanda, existe uno -de entre muchos- que nos llama la atención. Dice así: "Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos", definiéndolo como "riesgo de sufrir una disminución, aumento o cambio rápido de un espacio a otro de los líquidos intravasculares, intersticiales o intracelulares. Se refiere a pérdida o aumento de líquidos corporales o ambos".
Diagnóstico: Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos".
Se imagina a la Enfermera diciéndole al médico, ¡doctor, mi diagnóstico es "riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos"!, a lo que te respondería, ¿por exceso o por defecto? Entiendo que por exceso; ¡ya!, luego, según "tu" diagnóstico, tendríamos que abstenernos de rehidratar cuando nos encontramos ante una más que evidente deshidratación. O, por el contrario, por defecto, lo que supondría que si "hidratamos" correríamos el riesgo de provocar una insuficiencia cardíaca. La respuesta no se haría esperar: "dame parámetros" ¡Ah!, yo sólo soy Enfermera, y estoy emitiendo un "diagnóstico-enfermera", con base en Virginia Henderson.
¿Cuál es nuestro problema? Clarísimo: las personas que dirigen las Instituciones. Veamos un ejemplo palmario.
Enunciado así, con ese interrogante, está claro que es la falta de conocimientos. Y esa falta de conocimientos la llevamos allá donde nos "coloquen" los políticos de turno, asesorando según nuestro particular punto de vista, que coinciden, qué casualidad, con el del político de turno.
Viene a colación todo esto por la redacción que contiene un escrito de una subdirección de enfermería, contestando a una pregunta de una Enfermera.
"Hay que tener en cuenta también que ciertas actividades de Enfermería las asumen los Técnicos Auxiliar de Enfermería y otras ..." Esta es la respuesta que se dio a una Enfermera por parte de la Subdirección de Enfermería, lo que traduce la total y absoluta ignorancia de las cuestiones más elementales que debería suponérsele a quien ostenta un cargo. Pero es que los eligen así.
¡Mire!, dos cosas debería tener clara esa Subdirección:
- Una, la Enfermera es una Profesión Sanitaria, titulada, regulada y colegiada; por tanto, goza de plena autonomía técnica y científica. Eso significa que dirige, presta y evalúa los cuidados, así como la responsabilidad de los mismos, que los ordena su organización colegial.
Y la Organización colegial tiene un Código Deontológico, reconocido, además, por Ley, de obligado cumplimiento, que dice: "La Enfermera/o NUNCA DEBERÁ DELEGAR en cualquier otro miembro del equipo de
salud, FUNCIONES que le son propias y para las cuales no están los demás
debidamente capacitados". Es decir, la Enfermera está obligada deontológicamente a denunciar a su Colegio Profesional situaciones como la descrita en ese párrafo que hemos transcrito, porque así se lo exige el Código Deontológico, que debe ser respetado por esa Subdirección, de acuerdo con la Ley. Y si la Enfermera entiende que no debe delegar es que no es posible otra situación, oponiéndose, obviamente, al criterio de la Subdirección, ya que no tiene base legal de clase alguna; es más, su atrevimiento roza el delito.
Y dos, literal, de la propia Ley: "Los técnicos superiores y técnicos a los que se refiere este artículo ejercerán su actividad profesional sanitaria de acuerdo con las normas reguladoras de la formación profesional, de sus distintos niveles formativos y de su concreta titulación, EN EL MARCO DEL RESPETO A LA COMPETENCIA PROFESIONAL, RESPONSABILIDAD Y AUTONOMÍA PROPIAS de las profesiones sanitarias contempladas en los artículos 6 y 7 de esta Ley". Y dentro de esas Profesiones Sanitarias, tituladas, reguladas y colegiadas, está la de Enfermero.
¿Cuál es nuestro problema? ¡Clarísimo!: las personas a las que eligen y designan para esos cargos, que tienen responsabilidades.