martes, 24 de junio de 2008

LO FALSO, LA DEMAGOGÍA Y LA LEGALIDAD.

En la realidad diaria sucede que un niñito pequeño, después de las consabidas expresiones de papá, mamá, "abua", lo siguiente que suele repetir son frases malsonantes, riéndole las gracias los mayores. Por suerte que pasado algún tiempo el vocabulario se enriquece, si bien es cierto que luego lo vuelven (volvemos) a reiterar una vez llegada la adolescencia, para abandonarlo con la madurez (no todos). Pero no quiero escribir sobre esto, sino el por qué desde determinadas estructuras, por ese afán de "vender imagen" se utilizan unos términos y expresiones que no se corresponden con la realidad. Se ha puesto de moda la "doble cara": lo que se dice y lo que se hace.
Uno de esos ejemplos lo practica con excesiva frecuencia el Consejo General de la Profesión Enfermero, precisamente aquel órgano que debería velar por la ética y dignidad profesional y por el respeto debido a los particulares destinatarios de nuestros servicios profesionales, así que los particulares tienen derecho a saber que no se trata de ninguna acreditación oficial, por muy buena que fuera la formación recibida; se trata, simplemente, de un negocio jurídico, donde los Enfermeros se inscriben en un simple curso, cursos que, por otra parte, deberían realizarn en su caso, a través de su Colegio Provincial.
Desde el Consejo General se nos vende, por ejemplo, "curso de experto universitario en urgencias y emergencias"; pero es que, no contento con ello añaden que "es una formación impartida por la que es la escuela de todos los enfermeros españoles" ¡que es una Escuela de todos los Enfermeros!, pues que nos den nuestra parte, porque, que sepamos, el coste del curso es prohibitivo. Pero lo más interesante de toto ello -este tema se verá próximamente en los Tribunales-, es que nos dicen que es una "Escuela Universitaria", falso, absolutamente falso: en las Escuelas Universitarias se imparten títulos de carácter oficial y validez en todo el territorio del Estado; y, por el contrario, ese tipo de formación no tienen más valor que el de un simple curso. Y, para más inri, mezclan esas zarandajas con aquella otra de "especialización".
En definitiva, que ni los cursos son de una Escuela Universitaria, ni la acreditación es oficial ni, por supuesto, en el Consejero General se inscriben como colegiados títulados. Los titulados lo hacen su Colegio Provincial; son los Colegios los que se agrupan en un órgano central, el Consejo General.
A estas alturas de la película ya debería saber el Consejo General que oficialmente no es competencia de las Universidades impartir formación dirigida a la Especialización oficial, eso depende, ¡de toda la vida!, del Ministerio de Educación de turno, es decir, directamente de la Administración del Estado. Precisamente, ni siquiera los Servicios de Salud reconocen la Especialidad de Enfermera en salud mental, a pesar de ser una formación oficial -¡de verdad!-, que se realiza como Enfermero Interno Residente, a cuyo término es el propio Ministerio el que expide la acreditación.
Y si criticamos ésto, lo hagan quien lo haga, razón de más nos obliga a denunciar tanta falsedad, precisamente, por ese Organismo que tiene la atribución de "Ordenar en el ámbito de su competencia la actividad profesional de los colegiados, velando por la ética y dignidad profesional y por el respeto debido a los derechos de los particulares y ejercer la facultad disciplinaria en el orden profesional y colegial". Y esa atribución legal lo es para que se respeten los derechos de los particulares, precisamente, lo que debería hacer el Consejo General, porque los particulares se merecen que se les informe, y no como lo hacen desde ese órgano, vendiendo algo que no tiene soporte legal. El único soporte legal es que las "universidades podrán impartir "títulos propios", que no deberán ser coincidentes con los establecidos de forma y manera oficial.
En conclusión, interesa tanta patraña a determinadas personas porque viven, ¡y bastante bien!, gracias a esos cursillitos; tanto "fumus" es necesario, porque hay que meter "alumnos" en esa Escuela, de la que, por ahora, los Colegios Provinciales no tenemos más información que la publicada; ¡bueno!, algún que otro tiene, además, retribución por su "cargo" de ...
Sin embargo, la formación pregrado en las Escuelas está total y absolutamente abandonada por esa persona que ocupa de forma irregular el cargo de Presidente del Consejo General; apenas se pueden contar con los dedos de una mano aquellas de entre más de 100 que cumplen la legislación vigente. ¡Por cierto!, alumnos de las Escuelas de Enfermería, ¿quién se responsabiliza de vuestros accidentes durante las irresponsables "enseñanzas clínicas?.

jueves, 19 de junio de 2008

SI DECIMOS MARÍA JESÚS MONTERO, ¿QUÉ NOS DICE?

... como nombre es posible que no nos diga nada, pues a partir de ahora (y desde hace algún tiempo), NOS DICE Y NOS DIRÁ MUCHO. Al menos, estas son sus manifestaciones, voluntad y, al parecer, una realidad. ¡Nuestra enhorabuena, SEÑORA MONTERO!, excelentísima Consejera: usted se atreve; no obstante, es cierto, se trata de una Empresa -sí, pública, pero una Empresa- de la que su señoría es la responsable directa, política y económicamente, y, obviamente, le interesan los resultados.
Viene a colación la cantidad de piropos a la SEÑORA MONTERO, Excelentísima Consejera de Sanidad del Andalucía, porque ha dicho en voz alta lo que otros, a los que le compete hacerlo legalmente -y por ello obtienen pingües beneficios- no lo hacen; pero lo gordo es que, encima, estos "sangradores" de la Profesión creen que tienen razón; entienden que esto es así, que le corresponde a la SEÑORA MONTERO o al Ministro de Sanidad decir ésto (ahora lo leeremos). Esta es la sensación que dan estos "pardillos" con sus manifestaciones; ¡o sea, que tiene que venir la responsable de una Empresa y decirnos que va a aumentar las competencias Profesionales de las Enfermeras!. Hemos recordados por activa y por pasiva que ordenar el ejercicio de la Profesión es una competencia atribuida a los Colegios Profesionales (artículos 1 y 5 de la Ley de Colegios), pero que no lo hace el Consejo General de la Profesión Enfermera porque, bien no sabe, bien está en otros negocios, bien está -como siempre- defendiendo a los Podólogos.
Que no lo sabe no entra en nuestra cabeza, puesto que se lo hemos dicho "un millón de veces"; de hecho, se intentó en el Estatuto General de la Organización. Pero es que el señor Presidente tiene tantos negocios abiertos que está demasiado ocupado en ellos; esto es una realidad indiscutible: son más de veinte empresas las que tiene montada el "buen hombre" desde que es Presidente del Consejo General. Y dirán ustedes: sí, pero existe un Pleno con diecisiete miembros; y yo les contesto: no sirve para nada. Precisamente por eso figura ese "órgano"; precisamente se apoya en esas personas -¡bueno, se apoyan mutuamente!- para no hacer nada.

LA NOTICIA ES LA SIGUIENTE: "Ayer (día 18) la Consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero anunciaba que dentro del III Plan de Calidad elaborado por su departamento, se incluye como objetivo prioritario el aumento de competencias de los enfermeros y enfermeras que trabajan en el sistema público andaluz de salud. Así, Montero señala que, entre otras medidas, se prevé otorgarles la capacidad de participar en la solicitud de pruebas complementarias, la derivación de pacientes a otros niveles asistenciales o la realización de determinadas técnicas diagnósticas y terapéuticas, como la retinografía digital, la cateterización de vías centrales o las flujometrías".

¿Y NO SE LES CAE LA CARA DE VERGUENZA A ESTOS ELEMENTOS DEL CONSEJO GENERAL DE LA PROFESIÓN?. ¡A ver, pardillos!, ¿nos quieren ustedes explicar de dónde le viene a la SEÑORA Mª. JESÚS MONTERO la facultad atributiva de esa competencia?, la de ordenar el ejercicio de la Profesión. ¿No se acuerdan -particularmente los dos Andaluces del Consejo General, el Presi y el Vice-, que en el año 1985 ya se intentó con una Orden de la Consejería y fue declarada nula por los tribunales.

LEGALMENTE, ¡no se engañen!, la SEÑORA Consejera no tiene competencias para hacer eso. Lo que hace, legalmente hablando, es convencida de que esas competencias están comprendidas dentro de la dirección, evaluación y prestación de los Cuidados que establece la Ley de Ordenación y lo establecido en el Estatuto General de la Profesión, que describe el campo de competencias, como lo es cuidar de las NECESIDADES, ALTERACIONES Y DESEQUILIBRIOS. Lo que sucede es que esto que hacemos más de uno se tiene que generalizar, motivar a las Enfermer@s" a que lo hagan; pero también es cierto que tiene que venir alguien de esos Servicios de Salud y decirles a los "señores" médicos que no acosen a las Enfermeras, que no las amenacen con "bajar a la Dirección", con "abrirles un expediente" y demás tonterías que dicen -y hacen- todos los días. ¡Qué dirían nuestros antepasados si leyeran que un Enfermero puede "canalizar" una vía para poder administrar medicamentos, cuando ellos practicaban todos los días la cirugía, las punciones de todo tipo: lumbares, paracentesis, toracocentesis, drenajes y demás intervenciones en las personas, necesarias para la recuperación de la salud!.

Por otra parte, cateterizar vías ha sido, es y lo será una competencia Profesional de los Enfermeros. Lo que sucede es que eso a lo que se le llama "vía central" lo hacen últimamente los MIR; pero también es cierto que resulta un DESPILFARRO ECONÓMICO y Profesional, porque no puede tener un Médico Residente ocupadas a dos personas hasta que, ¡por fín!, cateteriza la vía. Esto lo hace una Enfermera en cinco minutos, ¡y élla solita!, sin más gastos que el cateter, ni más colaboración que, en su caso, una Auxiliar. Un Médico Residente debe estar al lado del Médico especialista, aprendiendo a ejercer esa especialidad; los tratamientos los debe administrar la Enfermera -como lo ha sido siempre-. El Sistema de Salud debe ir a mejor, pero en la práctica, no en los papelres, ya que los responsables de cada servicio de salud todos los días nos venden sus productos; sí, la venta del producto está servida, hasta el punto de estar escrito en la ley frases como "excelencia, calidad", pero esto no son más que expresiones.
No obstante lo anterior, EXCELENTÍSIMA CONSEJERA, SEÑORA MONTERO, nuestro agradecimiento más sincero; la intención es muy buena, pero la competencia ya es de la Profesión, entre otros motivos porque así ha sido toda la vida.

miércoles, 18 de junio de 2008

SU SEÑORÍA, ¡QUE DICEN ESTOS DOS ...

... "pardillos" de la OMC!, que nosotros, los Enfermeros, limpiemos el material sanitario y que le tenemos que rellenar las recetas, ¡y se quedan tan tranquilo!. Sí, esto es lo que dicen un tal Jerónimo Fernández, vocal de Atención Primaria Urbana y José (Josep) Fumadó, de Rural. El "fumadó", será eso, que está fumao (o fumando); ¡con tanto tiempo libre, hasta piensa!. El enfado que me he cogido, por no decir cabreo, es monumental, ¡pero serán pardillos estos dos "RELLENA RECETAS"!. ¡Pero de qué van estos dos elementos!. Dicen que no tienen tiempo para investigar!, ... ¡que vosotros vaís a investigar!, como no sea a las "pájaras preñadas"; ¡pero si no sabeís donde teneís la mano derecha en relación con la izquierda!.
Viene a cuento este monumental enfado por las declaraciones que han hecho estos dos elementos de la OMC. Textualmente dicen: "El texto, que ha hecho público el Consejo General (se refiere a la OMC), enumera entre las “tareas AUXILIARES fundamentales, pero secundarias” (de los Enfermeros), LA RENOVACIÓN de diversos documentos POR DELEGACIÓN (recetas de crónicos), ayuda al pacientes anciano en consulta, LIMPIEZA DE MATERIAL SANITARIO, o la preparación de campo quirúrgico y ayuda en cirugía menor, entre otras funciones".
En cuanto a rellenar receta, ¡es que no os habeís enterado!, esa es, precisamente, vuesta función: transcribir los tratamientos que os manda el "especialista", al tiempo que aprovecháis para "colar" algún que otro producto de algún que otro "amiguete", que es hasta donde podeís llegar, así para secretaría ya os pagan a los dos; y de la limpieza del material sanitario, mejor que se lo encargeís a vuesta madre, porque seguro que tampoco teneís conocimiento para ello, y de paso que os suenen los mocos y os limpien sendas lenguas. ¡Ah!, y algunas vitaminas, que andaís flojos de "entendederas".
¡QUÉ LE PARECE, DON MÁXIMO González Jurado!, su señoría, ¡que limpiemos el material sanitario!. Pues le recuerdo que eso no figuraba en el proyecto de Orden Ministerial que había negociado con la OMC; ahí tiene la imagen viva de sus amigos, esos con los que tiene usted negocios mercantiles, la OMC. Malasia I, Malasia II, y pronto estaremos en Malasia TRES. ¡qué gentuza anda suelta!.
¡Señor Ministro!, ¡y a estos dos le paga usted un sueldo como médicos!. Señor Ministro, a estos dos le tiene usted que "poner" tareas, porque como están aburridos, todo el día sin darle un palo al agua", con tanto tiempo de ocio hasta han pensado. Y han llegado a esa conclusión: que los Enfermeros ayudemos a los abuelitos, que limpiemos la consulta y le rellenemos las recetas, ... y en el resto del tiempo, irles a la compra. ¡Y LUEGO DICEN QUE FALTAN MÉDICOS EN ATENCIÓN PRIMARIA!. No me extraña, están todo el día de reunión en reunión.
Pregunto: ¿por qué será que ninguno habla de, por ejemplo, aspirar secreciones a los enfermos con respiración asistida?. Sí, de esas secreciones mucosas-sanguinolentas y putrefactas que salen de esos bronquios infectados. ESTO ESTÁ TOMANDO UNAS DIMENSIONES TALES QUE COMO ALGUIEN NO LO PARE, VAMOS A TENER QUE TOMAR OTRO TIPO DE MEDIDAS.

SU SEÑORÍA, QUE DICEN ESTOS DOS ..

domingo, 15 de junio de 2008

El Síndrome de Bournout y el Director de Enfermería

Con ocasión de la celebración de una vista, en la que tuvo que declarar el Director de Enfermería del Hospital "Infanta Cristina", de Badajoz, el citado señor, sin pensárselo dos veces, y en un intento de desprestigir a nuestro compañero, espectó a su señoría que (el compañero Enfermero) padecía el "síndrome de Bournout", nombre que le hizo repetir el Magistrado, después de habérselo definido, más o menos así: una especie de "complejo" de médico, sin serlo; es decir, que el señor Director, quejoso del compañero expedientado por "ir de médico", se lució, ya que el verdadero acomplejado no es otra persona que él mismo, puesto que tuvo la osadía de "diagnosticar" -como si de un médico se tratara-. Y lo hizo nada más y nada menos que a su señoría, el cual respondió: me lo veré esta tarde.
Esto debe ser que a este Director no lo han sacado de los diagnóstico de la Nanda, cuyas clasificaciones se refieren -dicen los panfletos- a "patrones funcionales". Pues bien, si la Profesión Enfermero es eso, particularmente digo que "me bajo del burro". ¡Patrones funcionales! ¡será posible que a estas alturas de la película nos vengan con esa!.
Pero es que con esas contradicciones, te crees médico, sin serlo, mientras que él diagnostica, así no vamos a ninguna parte. Y esto es un problema, porque si te acusa, nada más y nada menos, alguien que ostenta, ¡eso sí, por méritos personalísimos!, una Dirección, ¿de qué no nos acusarán los demás?. Es decir, que ya no nos hacen falta enemigos. Los tenemos, y muy próximos, tan próximo que dicen ostentar nuestra misma titulación.
Este director se comporta igual que el Presidente del Consejo General, que escribe cosas tan contradictorias como "graciosas"; sí, graciosas, porque de lo contrario, igualmente, sería para "orinar y no echar gota". Fíjense como presenta los méritos de una nueva Directora de Escuela: M.M. es diplomada en Enfermería por la Universidad de ... y especialista en Pediatría y Puericultura por la Universidad de ... Durante su carrera profesional, la nueva directora de la Escuela de Enfermería ‘...’ ha compatibilizado su labor docente en dicha institución con el ejercicio profesional en atención primaria en un centro de salud en ... Pues bien, la señora M.M. no puede estar en posesión de un título de "especialista en Pediatría y Puericultura por la Universidad de ..., puesto que los títulos de especialista son de la exclusiva responsabilidad del Ministerio de Educación. Las Universidades, ni ahora ni nunca, han expedido títulos de Especialistas, al menos títulos oficiales. LEER PARA VER Y MUCHA IMAGINACIÓN PARA NO DESFANECER CON ESTOS "LÍDERES".

miércoles, 4 de junio de 2008

DE PRESCRIPCIÓN, ¡NADA DE NADA!

Se ha publicado que el Ministro de Sanidad, Bernat Soria, decepcionó a Satse en el Congreso. El ministro de Sanidad, Bernat Soria, fue bastante escueto al referirse a la posibilidad de hacer realidad la prescripción enfermera. De hecho, sólo aludió al colectivo de enfermería para decir que se redactará una estrategia que “establezca nuevas competencias y roles”. Y el sindicato de Enfermería Satse parece coincidir con esta valoración, pues ha calificado el discurso del ministro como “continuista y decepcionante”. A su juicio, los compromisos de Soria “defraudan las expectativas” de los profesionales enfermeros…"
Y continua la noticia diciendo que "..., el ministro Bernat Soria explicó, a preguntas de la diputada de CIU, María Concepción Tarruella, que el Consejo de Estado ha dictaminado que la vía legal para regular la denominada prescripción enfermera, tras el error de publicación que invalidó la orden ministerial creada en principio para este objetivo, es crear otra norma, esta vez con rango de ley".
Bueno, pues ya nos hemos enterado; ya todo el mundo sabe que una Ley sólo es posible modificarse con otra Ley. ¿Pero es que alguien, en su sano juicio, esperaba otra cosa?. Lo hemos escrito por activa y por pasiva; no somos los únicos que sabemos que esto es así; luego, ¿por qué se nos engaña de esta manera?. Pero aquí el mentiroso por excelencia es, precisamente, el inquilino del Consejo General, ya lo fuera por activa o por pasiva; el caso es que es el primero en vendernos "la burra con la pata coja".
¡Y miren que se lo hemos dicho veces!. Este enemigo público de la Profesión nos ha vuelto a traicionar, pero es que lo tiene ya como un deporte. Es tan descarado que se inventa cualquier caso para salir del paso. ¿Se acuerdan cuando nos ha dicho que tenía a todo el equipo jurídico del Consejo trabajando en el asunto de la Prescripción?. ¡Hombre!, si yo formara parte de ese "supuesto" equipo de jurídicos saldría al paso y explicaría que podré saber poco derecho, pero que hasta ahí llego. Pero como no es cierto lo del equipo de jurídicos, ¿quién va a salir "a cantarle las cuarenta al mentiroso número uno".
Que nos engañen otros, ¡bueno!, parece lógico, ya que cada uno está defendiendo sus intereses, ¡pero que lo haga la persona que se gasta todo nuestro presupuesto colegial!, es para "orinar y no echar gota".
SEÑOR PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DE LA PROFESIÓN ENFERMER@, HÁGANOS UN FAVOR: ARREGLE LO QUE TENGA QUE ARREGLAR EN ESA MARABUNTA DE CONSEJO Y ¡DÉJENOS TRANQUILO!.
¿Y ahora qué? !Pues vuelta a empezar con las promesas!.

lunes, 2 de junio de 2008

¿DÓNDE RADICA EL PROBLEMA DE LA PRESCRIPCION?

El problema de la prescripción Enfermera radica en la Ley; y, con esto, evidentemente, no hemos dicho nada -pero ahora lo explicaremos- ya que la Ley es la expresión de la voluntad popular expresada con ese requisito de forma. Es decir, la Ley es la voluntad del legislador, cuya mayoría en el Parlamento viene impuesta por el resultado en las Elecciones Generales, aunque, por permitirlo así otra Ley, esa voluntad hacia determinada opción política queda desvirtuada, como ha sucedido con la Ley del Medicamento, donde se ha producido una "reunión" de intereses de extraña convergencia.
Y decimos que vamos a intentar explicar el por qué de la cerrazón de la OMC -que no de todos los médicos- a la PRESCRIPCIÓN Enfermera:
En primer lugar, tenemos que retrotraernos a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, del año 1992, que exige a los ciudadanos que pretendan plantear cualquier tipo de litigio referido a indemnización por daños y perjuicios que tenga relación con la asistencia sanitaria, el requisito de tener que presentar la oportuna reclamación ante la jurisdicción Contencioso-administrativa -la Jurisdicción se refiere al tipo de tribunales encargados de resolver el litigio-. En consecuencia, no se producirá nunca culpa de la persona que prescribe o administre la medicación; o dicho en otrós términos: no existe responsabilidad personal por parte de nadie que prescribe o administre; siempre lo es la Administración tutelar de la Asistencia Sanitaria. Esta es la razón última por la cual la OMC se arroga la "exclusividad" en la prescripción, porque es muy consciente de que nunca será el médico responsable de lo que prescriba -como tampoco lo sería la Enfermera-. Insistimos, aquí nace la oposición de la OMC a la prescripción Enfermera, que, como es fácil colegir, resulta obvio. Distinto sería que el responsable fuera el médico, ¡ya veríamos si mantendrían esa oposición!.
En segundo lugar, lo que resulta extraño de todo esto es que por esta vía, la de la Ley del Medicamento, se ha desnaturalizado a la Profesión Enfermera -como ha cualquiera que otra que tuviera la necesidad de prescribir algún medicamento o producto sanitario-. Es decir, que sin legitimación Constitucional para ello, la Ley del Medicamento ha producido un invasión en una competencia constitucional atribuida a concreta Ley, como lo es la Ley Reguladora de Colegios Profesionales, modificada parcialmente por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias.
En tercer lugar, y por último, hemos de significar que un derecho subjetivo, como lo es el de la persona Enfermera, que lo ha adquirido después de cumplir los requisitos que la legislación específica le exigía para ello, ahora viene una Ley "extraña" a esos derechos y se los anula. Y decimos extraña porque no es una Ley que ordene el ejercicio de la Profesión; como tampoco es una Ley que desnaturalice el carácter, efectos académicos y profesionales y habilitación para el ejercicio profesional. Y lo miren por donde lo miren, apliquen el criterio o método que se quieran aplicarle a la Profesión Enfermera, cualquiera de ellos determinará, sin ningún género de dudas, que los Cuidados Enfermeros comprenden toda aquella alteración, desequilibrio o necesidad que le plantee el ser humano, ya sano, ya enfermo; y tampoco será dudoso que en determinadas situaciones se precisa, ineludiblemente, el empleo de algún medicamento y/o producto sanitario. Medicamentos o productos sanitarios que esa fatídica, intrusa y despreciable Ley del Medicamento ha hecho con la Profesión Enfermero, sólo que lo ha hecho por "un raro acuerdo" entre diferentes grupos políticos. Entonce, ¡cómo se ha podido producir ese acuerdo!. Con dinero público es muy fácil legislar.

PROEFESIÓN ENFERMERA A LA DERIVA


Los médicos celebran el no del Consejo de Estado a la prescripción enfermera: “No procede aprobar en su redacción actual el proyecto de Orden remitido a consulta”. Esto es lo que ha afirmado el último dictamen del Consejo de Estado sobre el proyecto de Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo por la que se desarrolla la disposición adicional duodécima a la Ley de Medicamentos".
Uno, cuando ve a tanto personaje enchaquetado reuniéndose y expresando opiniones, lo primero que se preguntan es de dónde sacan el tiempo para tanta reunión, quiénes los convocan y con qué fin. Nos da la sensación que los problemas de salud se arreglan en esas reuniones. Un día sí y otro también están de reunión en reunión, y el noventa y nueve coma noventa y nueve por ciento son médicos, desde el ministro hasta la última persona que anda por allí. Después llegan a la conclusión de que FALTAN MÉDICOS para anteder a los enfermos y consultantes; ¡pero hombres de Dios!, ¡cómo no van a faltar médicos si estaís todo el día de reunión en lugar de en las consultas!.
Paradójicamente, el Presidente del Consejo General de Colegios Profesionales Enfermeros se las arregla el solito; dicen que mañana celebrará una rueda de Prensa -espero que haya un periodista libre para escucharle, porque me da la sensación que lo tendrá que poner él- para volver a lamentarse -o para alegrarse- del informe del Consejo de Estado al proyecto de Orden ministerial que se le sometio a consulta sobre la PRESCRIPCIÓN ENFERMERA, que lo ha despachado con el simple argumento de que no es posible, ya que el nuevo texto de la Ley del Medicamento no autoriza su elaboración.
Así que los siete jurídicos, eso dijo el inquilino del Consejo, dedicados exclusivamente al estudio del proyecto -cosa que no nos creemos ni en broma- se habrán quedado estupefactos. ¡Que no!, que esto no funciona. Que estamos a la deriva, que no tenemos a nadie que nos defienda. Por ejemplo, vemos como un día sí y otro también la formación profesional ocupa los puestos de trabajo que históricamente han sido desempeñados por Enfermeras, y eso sin tener a un bravucón al frente de su Asociación. Vemos que a pesar de expedirse títulos oficiales de Enfermeras en Salud Mental o del Trabajo, por el propio Ministerio de Educación, no sirven para otra cosa que puntuable como mérito en las "bolsas de trabajo"; vemos, en fin, que esto no tiene arreglo.
El Consejo General de Colegios Enfermeros no sirve para nada; el único rendimiento que se le ha sacado a esa Organización está en los Registros mercantiles, y en los Aeropuertos, por la idas y venidas del que ocupa el cargo. Está tan entretenido visitando el mundo que no tiene tiempo para observar lo que sucede aquí, en nuestro País, con nuestra Profesión, y que cuando da algún mitin mira al auditorio y les dice aquello que quieren oir, ¡y se queda tan pancho!.
Es cierto, no obstante, que él solito no tiene toda la culpa, ya que existen, aunque no lo parezca, los Colegios Provinciales, pero a estos les basta con que de vez en cuando saque sus fotos en portada del Diario Enfermero, ensalzando no se qué virtudes, que desconocíamos, ¡y tan felices!. Pero esa figuras fotográficas saben que él, el inquilino, no les tiene en cuenta para nada, salvo a la hora de aprobar los Presupuestos; entonces es de lo más simpático y agradable del mundo.
En definitiva, el informe del Consejo de Estado no es algo que nos haya sorprendido, ya lo habíamos anunciado en estas páginas, ni nos sorprederá otra nueva intentona, porque no hace faltan muchas entendederas para saber que todo lo que se promueva que no sea la inclusión de la Profesión como prescriptora, el final será más de lo mismo. ¿No será esto lo buscado?.
El Presidente del Consejo General de Colegios Provinciales de Enfermeras, con la aquiescencia de la Asamblea General, nos ha quietado las esperanzas, las ilusiones y hasta las ganas de ponernos el pijama de trabajo; herramienta de trabajo que desconoce el inquilino del Consejo, ya que para él todos los días son festivos, sin tener que sufrir las arbitrariedades de esos mandatarios de la medicina que te acosan permanentemente en el puesto de trabajo; pero de esto no tiene la culpa el trotamundos, la tienen las Juntas de personal de las instituciones, a las que no le vemos sus frutos.
Una Profesión a la deriva, tal como predica una de sus acepciones, porque permanentemente te hacen consultas sobre sus nombramientos, re-nombramientos y desplazamientos, cuando no el destino final: el cese. Esto lo hacen aquellas personas que un día fueron compañeros de trabajo, y que mañana, cuando ya no interesen, volverán a sus puestos, sólo que por el momento sus destinos son un poco más agradables que los sufridos por los temporeros. La Profesión está a la deriva, lo que significa sin rumbo; y esta situación debería preocupar a los dirigentes de uns sistema que predica calidad en las prestaciones sanitarias, ya que "mañana" cualquiera de nosotros puede ser paciente de esas personas tan desmotivadas.