martes, 29 de enero de 2008

ALGUNOS MÉDICOS SIN PUDOR

Honestidad, modestia, recato, esto significa pudor. Y por lo que leemos a los portavoces de los gremios médicos no lo conocen. Hasta la fecha, y salvo uno que publicó en un Periódico regional -aunque, obviamente, barriendo para casa-, los demás es que deben tener tan alta estima de su persona y sapiencia que nos les da reparo decir tantas tonterias juntas. Pero, ¡por Dios!, tanta altivez que ni siquiera preguntan qué significado tienen los vocablos que sueltan. Pero, ¡claro!, quien les va a contestar.
PRIMERO.- Hablan -casi todos- de "responsabilidad"; pregunto: ¿a qué responsabilidad se refieren?. Si estamos hablando de prescribir dentro del Sistema "médico" de Salud, digo, SNS, la única responsabilidad es del Servicio de Salud correspondiente. No lo decimos nosotros, lo dice la Constitución y la Ley -pero no les voy a enseñar dónde-, lo buscan, como nosotros tenemos que buscarnos la "vida", en contraposición a vds., que se lo dan todo hecho, como la formación post-básica, a costa del sistema y de las Enfermer@s. Así que, aunque fuera por un mínimo de decoro, y poder mantener esa imagen de "sabelotodo", no vuelvan a expresar esa frase, porque los jurídicos se estarán dando cada risotada -por debajo de cuerda, ¡claro!-, que, a buen seguro, si los vieran, hasta vds. se sonrojarían.
SEGUNDO.- Otra sandez es hablar de "facultativo". Facultativo es un término que significa, en puridad, opción, y esa opción, al mismo tiempo, se puede traducir en facultad o poder. Y vds., como asalariados del Sistema "médico" de Salud, no tiene ni facultad ni poder. Los poderes del Estado son tres, y la OMC no está incluida -formalmente- dentro de los mismos. La única opción posible es que recomienden o aconsejen, dentro de su ámbito de competencia, que, por obvio, no pueden ser todas. Tengan en cuenta que vds. se han sumado a este carro del Servicio público de salud "hace cuatro días", como quien dice; antes estaban en la privada, que se ganaba mucho más y se tributava menos.
TERCERO.- Y, en cuanto a la perra que se han cogido con lo del diagnóstico, también estamos seguro que no saben qué significa, aunque están dentro de las acepciones que prevé el Diccionario; ahora bien, también es cierto que esas definiciones han sido las recogidas por sus autores, porque vds se las han aportado: acción y efecto de diagnosticar una enfermedad; luego, quien la padece es un enfermo, y esta terminología, legalmente, no existe. Recuerde que ahora se dice "usuario" o "paciente". ¿De quién fue la idea?. Efectivamente, el diccionario dice que es "arte o acto de reconocer una enfermedad" por un médico. Pues bien, siendo ello así, por qué se autotitulan "doctor". Doctor es una titulación académica, que tiene unos efectos, los cuales no vienen al caso. Lo que está claro que vds se lo dicen todo, se lo guisan y, encima, insultan, además de crear una alarma social. Porque, ¿nos quieren vds convencer que para un dolor de cabeza primero hay que realizar un TAC?; ¡esperemos que!, aunque mucho me temo que les estoy dando pistas.
¡A vds lo que les vale es que no tenemos representante que nos coordine. Como también les auguro que de estos insultos que vierten contra nosotros a nivel nacional no saldrán bien parados; ¡al tiempo!.
Pero volviendo al manido diagnóstico, nosotros preferimos el término "JUICIO CLÍNICO", es mucho más natural y humano; más natural porque se deduce a partir de unos datos posibles y sencillo -para qué vamos a utilizar "radiaciones ionizanes", si cuanto más lo prohíbe la norma peor lo hacen-, y con ello elucubramos, infiriendo y sugiriendo más que asegurando; y humano porque nos faltan tantos datos que se haría interminable su recopilación y análisis para llegar al cierto "diagnóstico"; y, aún así, no admitimo que la mente humana pueda llegar a tanto; no se trata solo de evidencias, también afecta todo aquello que atañe al espíritu, forma de pensar, sentir, etc.

lunes, 28 de enero de 2008

SEÑORES MÉDICOS, ¿QUIÉN ES RESPONSABLE?.

La OMC (organización médica colegial) habla siempre de "responsabilidad", si bien es cierto que sin ningún fundamento. Ellos sueltan esa expresión, ¡y punto!. Pues nosotros le vamos a explicar lo que significa "responsabilidad", a ver si tenemos la suerte de que no se repita.

La responsabilidad jurídica surge cuando el sujeto transgrede un deber de conducta señalado en una norma jurídica que -a diferencia de la norma moral- procede de un organismo externo al sujeto, principalmente el Estado, y es coercitiva. Son normas jurídicas, porque establecen deberes de conducta impuestos al sujeto por un ente externo a él. La reglamentación puede ser a través de prohibiciones o de normas imperativas. El efecto propio en las normas jurídicas es la reacción que el Derecho tiene respecto del sujeto que viola la norma jurídica, que se supone no es otra cosa que la manifestación del querer de todos. La sanción es la reacción que tiene la sociedad toda respecto de este incumplimiento. Generalmente puede atribuirse A TODO SUJETO DE DERECHO, basta que el sujeto de derecho incumpla un deber de conducta señalado en el ordenamiento jurídico, y la Profesión Enfermer@ no es ni más ni menos responsable que la Profesión Médica; no obstante, me atrevería a asegurar, por la fuerza de los hechos, que la Enfermer@ es mucho más responsable que el médico, porque no sólo lo es socialmente, sino que también lo es a nivel institucional, ya que, además de las consecuencias jurídicas, tiene la de tener que soportar al médico de turno, ¡que no es fácil!.
También podemos concebir a la responsabildiad como el deber jurídico que incumbe al individuo imputable de responder del hecho realizado y de sufrir sus consecuencias jurídicas. En el Derecho actual la responsabilidad implica como presupuesto básico la culpabilidad del sujeto, que ha de ser necesariamente imputable. Pese a ello, en el Derecho comparado existen aún algunos casos excepcionales de responsabilidad objetiva (delitos cualificados por el resultado), que exigen al agente una responsabilidad que excede de la esfera de su culpabilidad o intención.
Sobre la responsabilidad penal que genera en el delincuente (entiéndase la persona que delinque) la obligación de cumplir la pena, el delito acarrea como segunda consecuencia la responsabilidad civil, entendida como el deber que incumbe al agente de indemnizar a la víctima del delito, mediante la restitución de la cosa o reparación de los daños y perjuicios sufridos con ocasión del hecho punible. Si la responsabilidad penal es exclusivamente personal del que delinque, la responsabilidad civil, por el contrario, puede afectar a terceros no delincuentes, en forma subsidiaria.
Expuesto lo anterior, tenemos que informar a esos médicos de la OMC, que se empecinan en decir que los médicos son los únicos responsables, que eso es falso, porque la responsabilidad de un médico, como la de un Enfermer@ será "MORAL", ya que estamos hablando del Sistema Nacional de Salud (que no del Sistema Médico de Salud). Y el médico, al igual que el Enfermer@, está adscrito a un puesto de trabajo en el correspondiente Servicio de Salud. Y esto significa que, por imperativo Constitucional y legal, el único responsable de indemnizar por daños y perjucios es la Administración; ... y en otro caso -que es el que más nos gusta expresar, ¡seamos serios!, quien de verdad acaba sufriendo eso que se llama "responsabilidad" es el que sufre las consecuencias de nuestros actos, el que los padece, que en nuestro caso es el usuario, paciente o enfermo. Luego, no es cierto, como pretende sostener la OMC, que se empecina ene ello- en decir que los Médicos son los únicos responsables, SIMPLEMENTE, porque no es cierto, ¡NI SERIO!. Así que, señores de la OMC, les reto a que me digan de dónde se han sacado vds que el médico es el responsable.
LA POSICIÓN DE GARANTE en los Servicios de Salud la tiene cualquiera de las Profesiones Sanitarias, máxima la Enfermer@, que está veinticuatro horas de servicio permanente, como GARANTE. Y si esa competencia no se cumple a satisfacción de los usuarios o pacientes, éstos tienen la ineludible obligación legal de demandar al correspondiente Servicio de Salud, que asumirá íntegrante el coste de la indemnización, bien directamente o a través de su Seguro de Responsabilidad Civil, que también deberá ser demandado.
Otra cuestión será que el médico, el Enfermer@ o cualquiera otra persona, en lugar de estar en su sitio, de conducir conforme a la "lex artis", prefiera estar ... incumpliendo sus obligaciones, y de ahí pudiera derivarse algún otro tipo de consecuencias, las cuales podrían ser calificadas como "responsabilidad penal"; y, sólo así, única y exclusivamente, en este supuesto, lo más que podría suceder es que la Administración correspondiente, cuando hubiere indemnizado a los lesionados, exigirá de oficio la responsabilidad en que se hubiera incurrido (contra esa concreta persona) por dolo, o culpa o negligencia graves, previa instrucción del procedimiento que reglamentariamente se establezca.
ASÍ QUE, SEÑORES DE LA OMC, NO SIGAN VENDIENDO ESA SANDEZ DE RESPONSABILIDAD, porque es FALSO, tan falso como lo del diagnóstico. ¡QUÉ MAL QUEDAN ESTAS EXPRESIONES EN BOCA DE UN MÉDICO!, aunque sea de la OMC. ¡Qué no, señores de la OMC, que no son vds responsable de ABSOLUTAMENTE NADA!.

... Y QUÉ PERRA CON EL DIAGNÓSTICO

En una ocasión tuve la oportunidad de "cenar" -sí, de comer- con el entonces Ministro de Sanidad y Consumo de uno de los Gobiernos del Partido Popular (creo recordar que se apellida, Becaria, o algo así, que me perdone), y recuerdo al Presidente del Colegio de Médicos de esa ciudad inquirio al Ministro para que en lugar de que se dijera "DIAGNÓSTICO" figurara la expresión "JUICIO CLÍNICO"; a lo que el señor Ministro le respondió que eso era una cuestión de la propia Organización Médica Colegial; ¡y no le faltó razón al señor Ministro!, pero lo es ahora se la han tomado floja con eso del DIAGNÓSTICO: ¡qué no, señores portavoces!, ¡que no se concibe así!, que no es posible, salvo que vds fueran máquinas. Una Profesión que se precie de serlo, lo que hace cada uno de sus integrantes, con los escasos y abundantes conocimientos es llegar a un JUICIO CLÍNICO. ¡Faltaría más!, que tuvieran el don de la verdad absoluta. Un médico, como cualquier otro ciudadano, profesional o no, lo que hace es emitir un juicio sobre lo que se le interroga o pregunta. NO hace otra cosa que expresar su parecer respecto a un hecho concreto. Y ese hecho concreto, SALVO QUE NOS TENGAMOS POR OTRA COSA, es un acontecimiento humano, del que sólo se sabe mínimamente. En todo caso, lo prudente es emitir un juicio, como hace, por ejemplo, un Juez cuando dice una resolución judicial. Simplemente, con los datos que le suministra el proceso se limita a decir "la verdad del derecho", pero esa verdad está en relación con los argumentos que se han vertido a los largo del litigio. Y El Juez, que suele ser una persona algo más formada que un Licenciado en Medicina, responde con una consa que se llama Resolución, expresando "su" parecer, que puede ser rectificado en otra instancia, ¡Y NO PASA NADA!.
Pues bien, la todapoderosa maquinaria corporativa médica dice que no; que lo que ellos hacen es un DIAGNÓSTICO, y ya se sabe que aquí no caben segundas instancias: todo confirmaran el primigenio, genuino e indiscutible DIAGNÓSTICO. No obstante, otra cosa será lo que "piensen" los ciudadanos usuarios, ¡que no son tontos!. Algunos susurraran: "ya se la he pegado a éste".
No; no se trata de un Diagnóstico; es, les guste o no, un JUICIO CLÍNICO, que deviene de una serie de datos, síntomas y signos. Y este proceso lo hace cualquiera, sólo tiene que tener la atribución competencial para ello, y la Profesión Enfermera la tiene, por más que les pese. ¿Quieren decir, esos señores portavoces de los médicos, que no se puede prescribir un antiácido porque antes hay que expresar el diagnóstico de "GASTRITIS"; ¡pues vale!; no se preocupen vds que lo diremos, diremos: tiene vd una GASTRITIS y para ese diagnóstico de GASTRITIS tiene vd que tomarlo. Pero, lo malo es que te responda así: soy un consumidor habitual de OMEPRAZOL, porque me alivia el dolor de estomago por acidez, a pesar de estar operado de Esófago de barret (funduplicatura de nissen) la cual no se la recomiendo a nadie porque sus efectos secundarios son terribles, estas lleno de gases sin darte los médicos una respuesta, y te llega a condicionar tu vida. ¡Y ahora qué!, ¿quién responde de aquél "diagnóstico" del que habla el interlocutor?. ¿Quién se responsabiliza de las secuelas?. Respuesta: NADIE; solo padecerá aquel "diagnóstico" la persona que hizo caso, ¡claro que me imagina la expresión corporal del médico diagnosticador: tiene vd que operarse!.

OS DIJE QUE EL ENEMIGO ESTABA EN CASA

Les dije que el enemigo lo teníamos dentro y así es. El Presidente de la Organización Colegial Médica (OMC), defendiendo al colectivo MÉDICO, como no podía ser de otra manera, contesta al Presidente de la Organización Colegial de "Enfermeros" en un escrito público, y le dice, entre otras consideraciones: "... La disposición adicional 12 FUE INTRODUCIDA POR VUESTRA INICIATIVA en el pase por el Senado de la Ley del Medicamento y sin que la misma hubiera sido ni negociada ni estudiada por los órganos asesores pertinentes ni tampoco por el Consejo de Estado. La introducción de la (disposición) Adicional 12 (de la Ley del Medicamento) como hemos dicho, introducida a última hora, SE REALIZABA CON LA JUSTIFICACIÓN DE REGULAR LA PROFESIÓN DE PODÓLOGO, en ningún caso para abrir una puerta a la prescripción de la enfermería o para otorgarle capacidad de discriminación diagnóstica". ¡Lo quieren más claro, más alto en letras más grandes!. Nos hemos tenido que enterar por alguno de sus socios-empresariales, la OMC-; ¡qué calladitos estaban quienes le acompañaban en esas comidas secretas!. ¡Con que negociando sobre la Podología!. ¿A cargo de qué presupuesto se pagaron las comidas?, pregunto.
Señores Presidente de Colegios Provinciales: abandonen esta actitud de complacencia con la actual Presidencia de nuestra Organización Colegial, porque nos lleva al caos, a la ruina Profesional. Esta persona está ahí única y exclusivamente para denfender sus propios intereses y los de la Podología, tan digno como los de nuestra Profesión, pero que tiene foros diferentes, personas diferentes, intereses diferentes, situaciones diferentes. Este señor está utilizando los recursos, nuestros recursos, para defender a otra Profesión, a la de Podólogo, a la que viene sirviendo y de la que se sirve para destruir a la nuestra: la Profesión Enfermera. ¡Es que no se dan cuenta del daño que nos hace!. ¡Es que no quieren darse cuenta que desde la supresión de las Especialidades, este hombre está por destruirnos!. ¡Es que quieren ver que desde la discusión relativa a las normas sobre protección radiológica no ha hecho otra cosa que servir a la Podología!. Es que, en fín, no entiende que utiliza a esta Profesión para sus intereses personales!. ¿Saben que está en posesión de un título de Doctor gracias a una Licenciatura en Antropología, la cual, quien recuerde, fue negociada su imparticipación por aquella Universidad de la ciudad de Murcia con el propio Presidente?. ¿Saben que ahora está haciendo un doctarado en Podología?.
Señores Presidentes Provinciales de los Colegios Provicniales de Enfermer@s de España: no sigan las consignas del Presidente de la Organización Colegial de nuestra Profesión, sí, de "nuestra" Profesión, que no es la suya. Su profesión es la de Podólogo; vive para la Podología; ¿saben vds que la Escuela de la Universidad Complutense se denomina "de Enfermería, Fisioterapia y PODOLOGIA?. Y, ¿saben por qué?: porque allí él tiene una Plaza de Profesor en asignaturas de Podología; él no es Profesor de Enfermería, lo es de Podología, con su buen montado Laboratorio Podológico al respecto.
Señores Presidentes, ¡por favor se lo pido!, digan que no, ¡que basta!; ¡que ya tenemos bastante!. Nos están dando palos por todos los lados; ¿y qué tenemos a cambio?, ¡nada!, no tenemos nada. Otra vez, ahora en Tenerife, con las "tareas" hechas. Esta vez le ha tocado el "ego" al Presidente de aquel Colegio y del Consejo Autonómico, que también, según parece, ostenta el cargo de Vicepresidente en el Consejo General. ¡Otra vez nos vuelve a meter otro "plan Quinquenal"!, que no es otra cuestión que para sufragar la formación continuada que se imparte a través de esa Escuela; Escuela que no es del Consejo General: ¡pronto os lo demostraremos!, pero que no hacen faltan muchos más datos. La Escuela es de una sociedad, de la que, en sus orígenes, participaba el Consejo; ¡pero nada más!. Nadie sabe jurídicamente qué relación existe, como tampoco nadie sabe cuánto nos cuesta, qué beneficios o pérdidas tiene y cómo se sufraga todo eso. Lo que sí sabemos es que algunos de los Presidentes Provinciales participan -quizá no lo sepan ni ellos mismos-, en esa Escuela, ofigura en algunos de los Consejos de Adminstración de algunas de las múltiples empresadas montadas por esta persona.
YO OS PIDO, ¡por lo que más queraís!, que defendaís a esta "santa" Profesión, que está más que herida agonizante, cuyo único responsable es el Presidente del Consejo General, quien os utiliza por cuatro p..., cuando ni lo uno es incompatible con lo otro, ni lo otro con lo uno. NO OS ESCONDAÍS tras sus Acuerdos, porque como viene escrito en el Diario Enfermero -que, por cierto, es de otra Empresa-, hablando de José Ángel Rodríguez, dice: "Su gran capacidad y la de todo su equipo a la hora de planificar, gestionar y desarrollar la celebración de un encuentro tan importante para la profesión enfermera, han hecho posible que se hayan celebrado unos INTENSOS Y CONSTRUCTIVOS DEBATES, en los que EL RESTO DE PARTICIPANTES SÓLO SE HA TENIDO QUE PREOCUPAR POR LA CALIDAD DE LOS TRABAJOS que han tenido que emprender". ¿Qué significa ésto?: pues que todos los que han asistido a esas jornadas simplemente se han limitado a decir "SÍ". ¡Intensos y constructivos debates para, a renglón seguido decir que OS HABEÍS LIMITADO a decir que sí. Pero que conste, habeís dicho que sí al PLAN, ese plan que se inventa cada cinco años; sí, ese plan con el que están vds "autorizando" que muy buena parte de los gastos del Consejo se deriven a ese Plan.
SEÑOR@S PRESIDENT@S, ¡por favor!: NO SIGAN EN ESA LÍNEA de admonición, consentimiento expreso o tácito, porque cualquier que lea esto y lo confirme, y reflexione al respecto os acusará de sostener una situación que acabará con nuetra Profesión, ésta que es milenaria, ¡qué digo!, desde tiempos inmemorial, antes, mucho antes ,que la medicina, con la que, como nos dice el Presidente de la OMC, tiene relaciones, pero no sólo cualquier relación sino relaciones de tipo Empresarial, de la que no sabeís nada de nada.
SEÑOR@S PRESIDENT@S, estamos atrapados entre la Medicina y la formación profesional; nos tienen tipo Sawich; estamos en medio y fácil de comer, porque ambos colectivos tienen a un "vendedor" que se lo está sirviendo en vandeja. L@s colegiad@s, aquell@s que tienen inquietudes huyen de nuestras filas; instuyen que esta Profesión está maniatada, aunque no saben por quién. Pero ahora ya lo saben; saben que aquí no existe salida posible porque cuando nos hemos querida dar cuenta, el actual Presidente del Consejo General, nos había entregado al mejor postor.
LA DISPOSICIÓN ADICIONAL DE LA LEY DEL MEDICAMENTO NO ESTÁ CONCEBIDA PARA LA SOLUCIÓN DE NUESTRA PROFESIÓN, LA PROFESIÓN ENFERMERA; esa Disposición normativa ha sido escrita para los PODÓLOGOS, y, como todo el mundo sabe, la Podología no forma parte del Sistema "MEDICO" de Salud, digo: Sistema Nacional de Salud; de ahí que el Gobierno del Partido Socialista, mejor expresado, aquellos médicos militantes, consintieron la introducción de la dichosa Disposición normativa, porque el fín era que los Podógos pudieran prescribir, ¡NUNCA LA ENFERMERA!. Así se lo ha manifestado públicamente el Presidente de la OMC. Dice el proverbio que "ANTES SE COGE A UN MENTIROSO QUE A UN COJO.

domingo, 27 de enero de 2008

EL VIEJO MAL HABLADO HACE AL NIÑO DESVERGONZADO

Así reza la leyenda, o el proverbio, que tanto da. El tema es el siguiente:
1) Introducción: vamos a suponer que el "viejo" es el médico, que para eso nos tutela; sí, nos tutela como "dueños" del Sistema Médico de Salud (quiero decir, del Sistema Nacional de Salud), como "hacedores" de qué debemos estudiar, cuánto deben durar nuestros planes de estudio, quién dirige nuestro departamento académico, quiénes van a ser nuestros profesores, qué especialidades debemos tener, cuándo se debe crear un puesto de trabajo, cómo tenemos que ejercerlo, ... y así un sin fin de cuestiones, que no alargamos por consabidas de todos y por todos.
2) Debate: la Enfermer@, si prescribe, es un "peligro público", así se nos insulta en cuanto tienen la oportunidad de hacerlo; y posiblemente lo digan quienes no le han dado un "palo al agua" en su vida; o, quizá, haya olvidado que cuando se iba a "descansar" (por las noches, con motivo de esas guardias tan mal pagadas, dicen), una Enfermer@ cuidaba de la evolución del paciente; así que el descanso dependía de la formación que tuviera la Enfermer@ de turno; y, para colmo, cuando sucede algo, todavía se atreve a realizarte no sé si un interrogatorio, un examen o un test, el caso es que te increpan sobre cómo sucedió el cuadro, ¡como si los pacientes ingresados en determinadas unidades críticas estuvieran allí de vacaciones!. ¡Y luego dicen que somos un peligro público!; ¡tendrán cara!. Con esto, que quede claro, no estamos incluyendo a la inmensa mayoría del colectivo, puesto que nadie ha hecho declaraciones públicas en este sentido. Estas declaraciones, cuanto menos injuriosas, sino no calumniosas, se vierten desde esa cúpula donde anidan los pesebristas.
3) Antes hemos dicho que el "viejo" es ese concreto médico, ese que insulta a la Profesión Enfermer@ porque teme perder parte de su omnímoda "potesta" de prescribir si lo hacen otros; sí, ese que tiene su precedente en aquellos que obligaron a los Gobiernos a prohibir el uso de determinadas sustancias si no era con su consentimiento; sí, esos que se oponen o aplican, según les venga en ..., de cuándo un paciente es reanimable y cuándo no; sí, ese que sólo él, sin contar con nadie, decide sobre lo bueno y sobre lo malo; sí, ese que olvida que los demás tenemos algunas neuronas que nos dejan leer, ver, observar, escuchar y hasta, en ocasiones, pensar. Pues bien, ese o esas, tanto da, que, según creen, nos tienen que decir todo y cada una de las situaciones en las que debemos movernos. Sí, no nos dejan ni movernos, de esos que saben tanto, pero que nunca están en los momentos oportunos, ya que para encontrarlos hubo que inventar la megafonía en los hospitales, y últimamente los teléfonos móviles. ¡Por cierto!, que no tengo yo muy claro eso de que tenga que llamar al que está de guardia, es decir, en horas de trabajo, para que revise y valore la evolución de un paciente. No, eso no, te dicen: "me tienes que llamar", porque algunos dicen que ese es mi trabajo: "el de avisador". Y, ¡digo yo,! esta materia no estaba en los Planes de Estudio, ni, por supuesto, en las normas sobre competencia profesional. ¡Y vuelvo a decir!, ¿qué autoridad tiene médico de clase alguna para obligar a una Enfermer@ la administración de sustancias que, irremediablemente, conducen al óbite; o por qué razón, causa o motivo tengo que desistir de una reanimación. ¿Me exoneraría el Juez o Tribunal ante un supuesto de Coautor, colaborador o partícipe?. Legalmente no es posible, salvo que me aplicara alguna de las eximentes del Código Penal, eximentes que, por otra parte, el demandante rechazaría, con fundamento en que el Enfermer@ es un Profesional Sanitario en sentido estricto del término; es decir, sabe o debería saber lo que hace y con qué fin u objeto lo hace.
4) En definitiva, que son las cinco horas de la madrugada, que se suponemos que me están pagando unas retribuciones, a mí y a todos los demás, que el "negocio"está más que vigilado, pero con un "pero":¡ni idea de quién está de guardia!. Y, digo yo: si somos tan torpes, ¡qué digo!, un peligro público, ¿qué hacemos valorando la evoluación de los pacientes, analizando los resultados, prescribiendo y administración sustancias tremendamente activas?. ¿Es que a estas horas de la madrugada no soy tan anormal como nos dibuja la OMC en los medios de comunicación?. Sí; estamos enfadado; y lo estamos porque el otro día, viendo la tele, ante las expresiones de una señora con experiencia en paritorio -porque había sido madre en varias ocasiones-, se le ocurrió decir que la responsable del paritorio era la Matrona, a lo que saltó el Tocólogo allí presente que "el único responsable del partitorio era el Tocólogo de guardia", ¡y se quedó tan ancho y tan pancho!; ¿a que va a ser cierto que él era tan responsable que no se duerme en las guardias?. ¿Mira que si es cierto?; pues como así sea, ¡hasta le pienso pedir perdón!.

sábado, 26 de enero de 2008

SISTEMA DE SALUD O SISTEMA MÉDICO.

Al redactor de la Ley General de Sanidad, de 1986, se le ocurrió la feliz idea de denominar al conjunto de Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas como Sistema Nacional de Salud, y muy ingénuamente pensamos, ¡oye, qué bien!, los legisladores han estado muy acertado: crean un Sistema Nacional de Salud para que todos los ciudadanos puedan ser atendidos por todos los Profesionales y profesoniones sanitarias adscritos a los distintos servicios y unidades. Pero ha transcurrido el tiempo, y, ahora, nos damos cuenta que esto no es el Sistema Nacional de Salud, lo correcto es llamar a las cosas en función de los fines y objetivos. Lo correcto es denominar a este Sistema como el Sistema Médico, ya que todo él pivota sobre lo que diga, ordene o mande un médico, aunque éste tenga un contrato de formación; ¡da igual!, es médico, ¡y punto!.

Viene a colación esta "redenominación" del Sistema porque a partir de la Ley de Garantía y Uso Racional del Medicamento acaban de quitarse "la máscara": es nuestro Sistema y hacemos en él lo que nos plazca; no tenemos más "jefes" que otro médico, ya Consejero, ya Ministro; ¡y no digamos de los Altos cargos y mandos intermedios: todos a una. Efectivamente, están muy preocupados porque la Enfermer@ pueda prescribir, esas que, según la OMC, son "un peligro público", en bocas del Vicepresidente de la citada OMC. Pero, ¡eso sí!, somos un peligro público porque queremos que no tengan el monopolio de "recetar". ¡Cómo va a prescribir una Enfermer@!, exclaman. Aquí se ponen "tal o cual marca comercial"; de genéricos, ¡nada de nada!.
Así que, quienes pensaban que trabajan en un Sistema Nacional de Salud tienen que rectificar, porque ahora el Sistema se redenomina como "Sistema Médico de Salud"; ¿es más correcto?, ¡no!. Por ejemplo, en una unidad están adscritos varios médicos, pues bien, durante el turno de mañana se dedican a deambular por las instalaciones hospitalarias -siempre está buscando el uno al otro, y el otro al uno-, después hacen el paripé, hasta que llega la hora; se marchan todos, excepto uno, que se queda, se marcha a Almorzar y a la siesta; los MIR, los pobres, entretienen el tiempo con el turno de tarde de las Enfermer@s, hasta que tienen la primera llamada de su compañero, otro residente, para comentar un caso. Ya ha transcurrido la hora de la siesta; ahora toca cenar, y se marchan todos: ¡no vayan a pensar que se van individualmente, lo hacen en grupo. Cuando suben, echan un vistazo a la Unidad, buscando algún "defectillo" para justificar la "bronca" que tienen la voluntad de hacerlo -quizá porque la cena no les gustó: en su casa hubieran cenado otra cosa-. Como todavía no tienen sueño, leen o releen alguna historia, y comienza el movimiento de tratamiento; te dicen: "al box número tal le haces "...", y le pones "...". Y eso por qué, se te ocurre preguntar; la respuesta es: porque lo digo yo. Y de aquí surge el por qué hemos redenominado al Sistema Nacional de Salud, para pasar a conocerse como el "Sistema Médico de Salud", porque "aquí mando yo". ¡Qué genio; qué don de mando; qué autoridad!. Y yo digo: ¡por qué no los mandamos a hacer puñetas!.
Y luego son unos "mentirosos", buena prueba de ello se produce cuando se abre información previa a la apertura de Expediente Disciplinario contra una Enfermera, que cualquier va como testigo, aunque ni sepa de qué va el tema, pero da una versión, en la que suele poner a la Enfermer@ "a caer de un burro", ¡y se queda tan tranquil@. En fin, que hemos llegado, tarde pero hemos llegado, a la conclusión que siendo esta la real y efectiva situación, no nos queda otro remedio que defenderno de estas y otras barbaridades, que las publicaremos en este mismo medio, sólo que se irán haciendo más reales y concretas. Está claro: o pasamos al ataque o el médico nos come el poco terreno avanzado.

LOS ENFERMER@S SEGUIREMOS PRESCRIBIENDO

Sí: los Enfermer@s continuaremos prescribiendo, porque prescribir no es sólo indicar o recomendar un medicamento o producto sanitario, es algo más, como, por ejemplo, administralo y valorar los resultados. Y estamos hablando de seguimiento en toda la extensión de la palabra, que se traduce en evaluar si el producto produce los efectos deseados, que, en algnas ocasiones, no es coincidente con lo esperado por el receptor del mismo. Por ejemplo: se busca el resultado de disminuir las cifras tensionales, se consigue y, sin embargo, el usuario dice que "no puede con su cuerpo"; y hasta es posible que abandone el resultado; a otros se le implanta un Marcapaso, que tampoco soportan.
Estos ejemplos, y muchos que podíamos poner, son fiel exponente de la solidaridad que debe presidir la colaboración y participación de los Profesionales sanitarios que tenemos la ineludible obligación de cuidar y tratar de la salud de las personas, reforzando la opinión de uno para con los otros, y viceversa; como también se debe admitir la opinión de todos en cuanto a la decisión final, con independencia de las modificaciones que correspondan.
Y seguiremos prescribiendo porque esa es una de las funciones vitales de esta Profesión Enfermer@; ¡pero si lo venimos haciendo antes que la medician!; ¿cómo lo vamos a dejar de hacer?. Sería un caos asistencial. Éstos, los médicos, no saben lo que dicen, no son consecuentes con sus manifestaciones, pero sí lo son para copar cualquier puesto de decisión, por ignorantes que demuestren ejercer aquella actividad; y lo peor es que no admiten otros criterios, ¡no existe más opinión que la suya!, manifiestan todo tipo de sandeces y nadie les pide que rindan cuentan. Pero no se darán cuenta que si los demás reflexionáramos respecto de sus manifestaciones: ya se ha encontrado el remedio para ... ¡y es simplemente incierto!, los demás guardamos silencio.
Sí, silencio. Y guardamos silencio cuando opinan sobre nuestras Escuelas, que nos la arrebatan, se convierten en nuestrso Profesores, nos arrebatan las direcciones de las mismas, de los departamentos, nos suprimen las especialidades, nos expulsan de la ley del medicamento, y todavía tienen la osadía de manifestar que por prescribir seríamos un problema, ¡tendrán cara dura!.

CUALQUIERA PUEDE DESFIBRILAR

Ahora resulta que cualquiera puede utilizar un desfibrilador cardíaco y, sin embargo, un Enfermero es excluido de la Ley de Garantía y uso racional del Medicamento y Productos Sanitarios, impidiéndole parte del ejercicio profesional. ¿Alguien entiende ésto?. El detonante para escribir y pronunciarse sobre los desfibriladores, suponemos, ha sido el "caso Puerta", y, sin embargo, la medicina no dice nada, ¿qué raro?. El uso "racional" del desfibrilador, por muchos cursos y acreditaciones que se impartan, no deja de ser un atrevimiento por quienes lleguen a autorizar su uso. ¿Y no me cuenten esas tonterías de que salva vida?. El "caso puerta" no tiene nada que ver con la desfibrilación. Aquel caso sucedió en la forma que todos vimos, excepto las "maniobras" de resucitación, que, obviamente, nadie ha dicho nada. Aquel tipo de arritmia había sido ignorado por los responsables de tomar la decisión, ya que el cuadro se había repetido con anterioridad, y, precisamente, el desconocimiento de las consecuencias, fue el origen del resultado: la ignorancia, el haberse conducido de esa forma tan imprudente produjo la consecuencia; no se valoró suficientemente que se estaba ante una persona cuyo sistema específico de conducción cardíaca era anormal, ya "había dado la cara", como se dice en una charla convencional, con síntomas previos, sistema de conducción anormal que, por desgracia, se activó en aquel momento, con la consecuencia del resultado muerte.
No es sólo un problema de desfibrilar a un Corazón que, supuestamente, está en ese ritmo cardíaco agonizante, porque lo primero que hay que saber es que, efectivamente, se está en presencia de esa situación hemodinámicamente caótica, que tiene una causa concreta, y que no se trata de una simple reacción vaso-vagal, hipoglucémica o cualquier otro síndrome neurovegativo o neurológico. Por tanto, lo primero que tenemos que saber es en presencia de qué cuadro nos encontramos, que ya resulta problemático y, aún así, entiendo que esa decisión de autorizar a cualquiera el uso de desfibrilador acarreará más perjuicio que beneficios, ¡al tiempo!. ¡Es dentro de la Institución Hospitalaria y tenemos algún que otro problema con algún/a que otro/a "superespecialista"!, cuanto más en la calle, sin el menor rigor profesional.
Y no queremos volver al "caso Puerta", porque aquel problema, como otro del que se nos ha informado, tiene su base en que ha sido tratado, precisamente, por personas menos expertas, no capacitadas, aptas para tratar ese tipo de problemas. Han sido personas muy competentes para rehabilitar problemas osteomusculares, pero no para tratar arritmias cardíacas, por muy leves que éstas fueran. ¿Cómo puede tratar un traumatólogo y un fisioterapéuta un problema de arritmia cardíaca puro y duro, con la consiguiente asistencia respiratoria?. Pues si estas dos situaciones de las que se nos informó fueron tratadas por dos profesionales de la sanidad, ¿a quién se le puede ocurrir que puede acreditar a cualquier persona no sanitaria?. A este País, entre unos y otros, lo van a volver del revés.
Pero, ¿cómo se puede llegar a "legalizar" a alguien para que desfrile un corazón sin que ante sepa diferenciar el cuadro patológico?. Primero habrá que diferenciar entre arritmias de origen cardíaco y, una vez identificada, proceder a la maniobra que resulte procedente en cada caso. Pués bien, para esta absurdé ya se ha encontrado solución; por el contrario, ninguna se encuentra para que la Enfermera vea regularizada su situación profesional, devolviéndole la competencia profesional de prescribir medicamentos y productos sanitarios en el sistema sanitario público. Para solucionar este problema legal, las vueltas que le están dando, y sólo, única y exclusivamente por el simple hecho de que el medicamento y producto sanitario es un negocio, en todo el sentido de la palabra.
Pues bien, suponiendo que la Enfermer@ no tuviera los conocimientos suficientes, ¡harto difícil admitirlo!, en la misma situación se encuentra la medicina, y no por ello se le impide prescribir, porque la dichosa Ley del Medicamento no hace distingos entre médicos, cuando todos sabemos que existen, ¡y en qué medida!. Pero esto lo entendemos los Enfermer@s, por eso nos vemos obligado a recomendar a más de uno a que consulten con otro la medicación a prescribir, dosis y pauta incial, porque no es discutible que cualquier iniciativa, por muy ajustada que se pretenda, al final tiene que ser corregida, bien por defecto, bien por exceso. Como también existen profesionales que optan por una "impregnación" rápida del producto, con la consiguiente dosis de mantenimiento, como también es admisible la de aquellos ootros que prefieren llegar a ese nivel de "impregnación" de manera paulatina, en función de la respuesta.
En definitiva, que, como en todo, debe primar el conocimiento y la prudencia; como en cualquier otra actividad de la vida, máxime cuando de la ingestión y administración de productos químicos se trata. Todo depende del interés que cada cual ponga en su trabajo, como también resulta muy gratificante la colaboración de la persona receptora del producto. Son los dos, paciente y profesional, los que deben valorar los resultados de la administración de un producto, que se ha indicado con la mejor de las voluntades posibles, en función de la necesidad manifestada o exteriorizada a través de pruebas y medidas al respecto.
La madre de todas las barbaridades que comentemos es la ignorancia, y no se puede convencer a un ignorante de las consecuencias de su actividad, precisamente porque su ignorancia es la que le lleva a la ejecución del hecho imprudente. ¿Cómo se puede convencer a un ignorante o a un atrevido que se obstina en autorizar la realización de un acto tan sumamente peligroso?. Así anda mucha gente suelta, y aquellos serán los resultados. Esperamos no tener que lamentar muchos más "caso Puerta", pero a la inversa.
El conocimiento hace a las personas responsables, prudentes; entre otros motivos, ello da lugar a que se trabaje en equipo: tenemos la necesidad de consultar el uno con el otro. ¿Qué piensas tú al respecto?. Necesitamos de otras opiniones, que bien corregirá la nuestra, bien la ratificará; pero, en todos los casos, lo sensato es la prudencia. Y tan prudente somos las Enfermer@s que son pocas las que se proncian al respecto; por eso, precisamente por la prudencia. No hay "trastienda"; no utilizan substerfigios para escribir y manifestar sus inquietudes, cautela que puede llegar a confundirse con ignorancia. Pero para ignorancia la de algunos médicos, que igual hablan de medicamentos como de derecho; y todavía piensan que "su palabra es ley", como el tenor de la canción. ¡Qué atrevidos!, ¡qué ignorantes!; y encima crean encontrarse en posesión de la verdad.

viernes, 25 de enero de 2008

¡POR FIN!, APARECE EL PRESIDENTE.

Después de tantos insultos, que rozan el delito de calumnia, por parte de algunos miembros de la Organización Médica Colegial (OMC) el Presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, ha enviado una carta pública al presidente de la Organización Médica Colegial, Isacio Siguero, en el que le invita a participar en un debate público sobre el controvertido asunto de la prescripción enfermera. En la carta, González Jurado desvela anteriores encuentros entre ambos, de carácter privado, mantenidos para tratar de acercar posturas, mientras que ahora reclama un encuentro público. Y la revista donde se publica termina con esta pregunta: ¿Por qué este cambio de parecer del representante de los enfermeros?...


Así que, al igual que criticamos otros comportamientos, también ahora vamos a contribuir a que se conozca el contenido del escrito que, al parecer, ha enviado el Presidente del Consejo General de la Profesión Enfermer@ al Presidente (Ilmo. señor; que no Excmo) de la OMC.

No obstante, nos vamos a permitir la licencia de aclarar aquellos conceptos jurídicos -porque de norma se trata- que se vierten permanentemente en las manifestaciones, como, igualmente, su significado invita a interpretar las declaraciones de la OMC como posible delito de calumnia, que significa "acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño", y es falso porque los Enfermer@s, como Profesión Sanitaria, titulada y regulada, en expresión de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, tiene "competencia" para prescribir, y algo más. La competencia significa la atribución que la Ley atribuye a determinadas Profesiones (en nuestro caso, Sanitaria); potestad es la autoridad que la Constitución otorga al Poder Legislativo, para que apruebe Leyes o Normas con rango de Ley; y "capacidad" es aquello que cada uno, en función de sus habilidades "personales" hace o cree poder hacer. Otras acepciones, como "capacidad de obrar o capacidad jurídica no vienen al caso; por ejemplo, porque el concebido no nacido para todos los efectos que le sean favorables tiene capacidad; como también la tienen para otros efectos, aunque deben ser representados por las personas que legalmente lo harían si ya hubieran nacido.
Reprodución literal del escrito publicado:
Madrid, 23 enero 2008

Excmo. Sr. D. Isacio Siguero Zurdo
Presidente del Consejo General
de Colegios Oficiales de Médicos
Plaza de las Cortes, 11
28014 MADRID


Estimado amigo,

Sirvan estas líneas para saludarte como siempre cordialmente y reiterarte nuestros mejores deseos para el año que acaba de comenzar.
Seguidamente me gustaría con ánimo constructivo y dialogante, manifestarte la preocupación que mantenemos tras observar el grado de deterioro que se está produciendo en las relaciones entre nuestros respectivos Consejos Generales, como consecuencia del desarrollo reglamentario de la disposición duodécima de la ley del medicamento.

Son veintisiete años los que llevo en este Consejo General y he compartido vicisitudes de todo tipo con seis Presidentes del Consejo General de Médicos que te han precedido y a pesar de las dificultades que a veces han sido inevitables, siempre imperó el espíritu de respeto, colaboración, amistad y búsqueda de soluciones conjuntas. Sabes que en el tema que nos ocupa, he tratado por todos los medios de dialogar institucionalmente con vosotros, buscando a través del diálogo el necesario “pacto interprofesional” que establece la LOPS, desde el análisis conjunto y con el respeto y la armonía necesarios.

El 26 de julio de 2006 y a iniciativa y por invitación de D. Manuel Lamela, entonces Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, recordarás que cenamos los tres, al objeto de abrir la mesa de diálogo de nuestros respectivos Consejos Generales ofreciéndose de árbitro y mediador el Consejero de Sanidad de Madrid. Todos dimos la aquiescencia, comprometiéndonos a abrir la mesa en septiembre del mismo año y pidiéndonos tú que mantuviésemos reservada la conversación. A los pocos días se publica la información de nuestra reunión por GACETA MÉDICA y nos informas que ha sido un miembro de tu ejecutiva quien ha filtrado la información.

El 20 de septiembre de 2006 soy convocado a un almuerzo de trabajo, por un amigo común, cuyo nombre por discreción me reservo por ahora, al que asiste por la OMC su Vicepresidente, D. Jesús Aguirre y por parte de mi Consejo, el Vicepresidente D. José Angel Rodríguez, el Secretario General D. José Vicente González y yo mismo. El objeto de la reunión era el mismo y también acordamos crear una mesa institucional conjunta de ambos Consejos Generales para analizar la situación y buscar el necesario acuerdo.

El 3 de noviembre del mismo año 2006, nuevamente el Consejero de Sanidad de Madrid nos invita a un almuerzo al que asistimos los dos Presidentes de Consejos (Médicos, Enfermeros), el Consejero de Madrid, acompañado por el Director General de Salud Pública, Dr. Agustín Rivero y el Secretario General Técnico de la Consejería D. Jaime Haddad, quienes iban a ser las personas designadas para la mediación y arbitrio. También acordamos abrir de forma inminente la Mesa de diálogo, aunque nos advertiste de no estar seguro de conseguir el respaldo del resto de la Comisión Permanente, ya que la candidatura que tú habías apoyado había perdido las elecciones y no tenías el control de la misma. Tres intentos amistosos e institucionales con personas de trestigio como mediadores y con la mejor de las voluntades por nuestra parte, que han sido desoídos y ninguneados desde la Organización que presides, dentro de los plazos previstos por la ley para desarrollar su disposición duodécima, que hubiesen evitado la situación de conflicto institucional y la inseguridad jurídica en que se encuentra el conjunto de la profesión enfermera desde el 28 de julio de 2007, fecha en la que concluyó el citado plazo de un año que la ley estableció para que el Ministerio de Sanidad desarrollara dicha disposición, sin que tal previsión legislativa se hubiese cumplido por dicho Ministerio.

Ante este incumplimiento, pasado el año establecido en la ley y habiendo solicitado infructuosamente al Ministerio de Sanidad que ejerciera sus responsabilidades, y ante la imposibilidad de dialogar y tratar de consensuar con la Organización Médica Colegial; la Asamblea General del Consejo General de Enfermería adoptó un posicionamiento claro de exigir a los poderes públicos, el cumplimiento estricto y riguroso de la ley. El órgano competente del Sistema Nacional de Salud, es decir la Comisión de Farmacia, donde se representan el Estado y las Comunidades Autónomas, ha estudiado y debatido el tema, nos ha concedido a las Organizaciones Colegiales de Médicos, Podólogos y Enfermeros el trámite de audiencia mediante nuestra comparecencia personal y ha elaborado un proyecto de norma con rango de Orden Ministerial que nos ha sido sometida al
trámite reglamentario de audiencia. Dicho proyecto regula respetuosamente el contenido de la disposición de la ley.
Es evidente que en cualquier ámbito legislativo o normativo se puede ser o no coincidente con el contenido, como no es menos evidente que la legítima discrepancia ha de estar fundamentada en el ejercicio de la razón jurídica y en la científica, pero nunca en la descalificación, el menosprecio y la falta de respeto al legítimo contenido y ejercicio de cualquier profesión de las reguladas por la LOPS.

En 1977 cuando los estudios del entonces Ayudante Técnico Sanitario se integraron en la Universidad mediante Real Decreto, éste fue impugnado por el Consejo de Médicos ante el Tribunal Supremo. Recurso que fue fallado en contra del Consejo de Médicos.

En 1984, el entonces Consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, D. Pablo Recio, promovió un Decreto por el que se aprobaban las “Consultas de Enfermería en Atención Primaria”. También fue recurrido por el Consejo de Médicos y también falló en su contra el Tribunal Supremo.

Tanto los estudios universitarios de enfermería, como las consultas de enfermería, han venido a demostrar a lo largo de los años, su eficacia para con nuestro Sistema Sanitario y hoy nadie discute su bondad y oportunidad. Pero en cualquiera de estos casos anteriores, la discrepancia se realizó con respeto hacia mi profesión. En cambio en los momentos actuales se están vertiendo por los miembros de ese Consejo General, afirmaciones graves, carentes en nuestra opinión del menor rigor científico y atentatorias contra la dignidad de la profesión enfermera.

Superados pues los tiempos de un deseado consenso previo, la inseguridad jurídica en la que se haya la enfermería española, obliga a cerrar definitivamente este tema sin más opción, a corto plazo, que la aprobación de la correspondiente norma jurídica.

Ha llegado el momento, querido Presidente, de terminar con esta situación y poner las cartas boca arriba. No podemos permitir ni un insulto más, ni un menosprecio más. Es el momento de resolver de una vez por todas las diferencias de opinión y de posición.

En septiembre de 2006 fui invitado por GACETA MÉDICA a debatir con el Presidente del Consejo de Médicos sobre la situación que nos ocupa. Acepté de inmediato con una sola condición: el debate tenía que ser exclusivamente entre los dos Presidentes de Consejos Generales, Isacio Siguero y Máximo González, por respeto a ambas instituciones, y a ambas profesiones, al ser los máximos representantes nacionales de las mismas. Se me informó días más tarde que no aceptabas el debate.

En enero del presente 2008 ha ocurrido exactamente lo mismo con DIARIO MÉDICO y con la misma suerte.

Ante estos fallidos intentos de dos medios tan prestigiosos, te invito formal e institucionalmente a que realicemos un debate público exclusivamente los Presidentes de los Consejos Generales de Médicos y Enfermeros, sin posibilidad de delegación alguna, como se corresponde a la naturaleza de las responsabilidades inherentes a nuestros respectivos cargos. Debate al que podrán asistir todos los medios de comunicación que lo deseen, autoridades, colegiados y usuarios.

De esta forma podremos, libremente, exponer los argumentos que consideremos adecuados y todos los presentes podrán obtener las conclusiones pertinentes, de tal manera que sea el punto y final de nuestra discrepancia y podamos reemprender juntos, el camino que nunca debimos abandonar, para seguir trabajando conjuntamente como en los últimos treinta años, a favor del desarrollo de nuestras respectivas profesiones, en tantos y tan buenos aspectos, y todo ello para proteger la salud que nos confían diariamente las personas y garantizarles las mejores prácticas realizadas con calidad y bajo principios éticos y deontológicos.

Si como estoy seguro aceptas mi invitación, te agradeceré me lo comuniques en un plazo de siete días, al objeto de que nuestros respectivos equipos organicen el formato del debate, así como su lugar y fecha de celebración. Si por el contrario no encuentro eco a esta invitación, entenderemos que la discrepancia ha concluido y nos someteremos a la normativa jurídica y, en su caso, a su interpretación judicial.
Quedo pendiente de tus gratas noticias al respecto, mientras tanto recibe un cordial abrazo.
NOTAS:
Pués sí que nos gustaría que se produjera ese debate, y que, obviamente, fuera público, porque a estas alturas ya no nos podemos fiar de nada ni de nadie. Son muchas conversaciones privadas, al parecer, entre Médicos; Enfermer@s (sic) y Podólogos (¡qué casualidad!, si no hay Podólogos en el sistema sanitario público). En fin, yo sí fui a ese debate, en julio de 2006; y fuí para debatir contra cuatro médicos, más el moderador, que también es médico, ¡bueno!, primero fue Enfermero, ahora es Médico. ... y nos enteramos de algunas cosas, como, por ejemplo, de la sociedad que habían montado la OMC y el señor González Jurado.
EN FIN, SEA BIEN VENIDA LA INVITACIÓN A ESE DEBATE PÚBLICO, AUNQUE NO ESPERAMOS NINGUNA NOVEDAD, ya que el problema del medicamento y productos sanitarios en relación con la prescripción, no es cuestión de una Orden Ministerial, es requisito sine qua non, locución latina originalmente utilizada como término legal para decir "condición sin la cual no"; esto es: que si la norma no tiene rango formal de Ley, todo es "agua de borraja".

OTRO "CANTAMAÑANA"

Ya ha salido otro "cantamañana". Leemos las declaraciones de un tal Julio Zarco, diciendo semejante barbaridad, más bien sandeces: "La prescripción enfermera no mejoraría la calidad de la asistencia; además, el tal Julio Zarco también se refirió al debate de la prescripción por parte de los enfermeros y reclamó “un diálogo” para solventar este problema. Al parecer dice: “Echamos de menos una reunión en la que se solucione esta situación de cierto enfrentamiento. La enfermería es crucial, básica, para el sistema sanitario, sobre todo en temas como la Ley de Dependencia, la asistencia a domicilio o la Educación para la Salud. Sin embargo, creemos que la mal llamada prescripción por parte de la Enfermería no mejoraría la calidad de la asistencia; se trata de una acción anecdótica”. ¡Claro!; ¡faltaría más!. Nosotros a la geriatría; vds hasta esa edad. Los mayores no dan palmaditas en la espalda; ni tienen influencia social; ni puestos de relevancia que les pueda ayudar; ni tienen dinero para regalos; y...; no quiero seguir, porque serían frases malsonantes. Y en cuanto a las asistencia a domicilio, suponemos, teniendo en cuenta la "línea" que expresa, también se refiere a los discapacitados o algo parecido. ¡Qué gracioso el señor Zarco!.
¡Señor Zarco!, ¿se ha preguntado vd alguna vez cuánto ha mejorado la sanidad pública con que sólo prescriban los médicos?. Que sepamos, vds no bajan el presupuesto en medicamentos ni con las retribuciones "añadidas" que le reglaga el Gobiernos de turno; ¿por qué será?. No queremos pensar que ello fuera porque resulta más rentable otro tipo de retribución, como aquella que la Ley denomina en "especie", porque debe vd saber que también está sujeta a tributación.
¡Señor Zarco!, si vd representa a alguien o a algo tendrá que tener más cuidado en lo que dice; como también debe ser más cauto a la hora de "mandarnos" a cuidar de los "mayores", porque le va a saltar al cuello algún colega médico que se dedique a esa tarea y ¡se va a enterar de lo que es bueno!. Porque ese "especialista" en Geriatría o Gerontología le dirá que para dedicarse a la Atención primaria, para eso sirve hasta una "auxiliar", con todos los respeto para ese gremio- ya que vds no hacen otra cosa que rellenar receta con aquellos productos que prescribe el especialista de turno.
¡Señor Zarco!, a quien se le diga que después de seis años estudiando medicina necesitan cuatro años más para hacer lo que hacen, mejor me estaría calladito. Como también le recordamos que su "especialidad" está sufragada por el erario público, situación que no se produce en el caso de la Profesión Enfermer@. ¿Se imagina cuánto de rentable sería para la sociedad, los usuarios, y los presupuestos generales del Estado que una Enfermera hicera lo que vd hace?. ¡Piénselo!. Por ello, nosotros se lo recomendamos al Gobierno de turno, aunque mucho me temo que si sale por la ciudad de Córdoba el Vice de la OMC, que se presenta, al parecer, por el Partido Popular, ¡lo llevamos claro los Enfermer@s!. Y, ¡por cierto: señores del PP!, ¿no tenían vds a otro candidato?. Pues van listo con los votos de la Profesión Enfermer@ en esa localidad; al menos, ¡eso espero!. Pero, ¡no saben vds que este señor se ha convertido, él solito, en el ogro de la Profesión Enfermer@!.

jueves, 24 de enero de 2008

NUEVO ALIADO DE LA MEDICINA: EL PRESIDENTE DE LOS ENFERMEROS.

La OMC (organización médica colegial) ya tiene un nuevo aliado: el Presidente de la Organización Colegial de los Enfermeros. A la OMC sólo ha necesitado "ceder" a que los Podólogos puedan prescribir. Ya nos lo ha dicho públicamente el "representante" de los Enfermer@s: expresa su satisfacción con el contenido de una Orden Ministerial que dice que podemos autorizar vendas, gasas y antisépticos, ¡ah!, también podemos recomendar algún antitérmico, ¡como las madres para con sus hijos!; ¡y se queda el tío tan tranquilo!. Felicito a la OMC, ¡está de enhorabuena!: todos los problemas solucionado. ¡Qué pena de cuota, de organización y de usuarios y pacientes!. ¡Se acabó el problema de la prescripción!. ¡Qué poco valor tenemos como Profesión!.
¡Vamos a reflexionar un poco!. Si consultamos con un "Practicante en Medicina y Cirugía con una edad de 80 años, nos dirá que ellos lo hacían casi todo: toracocentesis, paracentesis, punciones lumbares, cirugía menor, todos los partos, anestesia, etc. etc. etc. (perdón por los tecnicismos). Si la consulta se la hacemos a la siguiente generación, nos dirán que canalizaban todo tipo de vías, asistían en las intervenciones quirúgicas como primer adjunto, seguían todo el proceso y, al final, daban el alta clínica, remitiendo al paciente al médico que realizó la intervención, para los demás trámites "legales". Si la consulta continua en posterior generación, nos dirá que todo eso es historia, que ahora su función se limita a canalizar determinadas vías, porque todo lo demás lo hacen los "MIR". Mañana, cuando las nuevas generaciones pregunten, se les dirá que existió una época en que las Enfermeras "administraban" las pastillas a los enfermos, y esta nueva generación "se escandalizará" de la respuesta, se preguntaran ¿y cómo era posible?.
Sí, todo es posible: es posible porque esta es la historia de esta maltrecha profesión, que ha estado manteniendo y haciendo crecer un sistema para que ahora nos paguen que esta "moneda": nos echan de todas las unidades y servicios, y no lo hacen -de momento-, del sistema simplemente porque no les interesa. Y no les interesa -a los médicos- porque todavía le venimos bien para sus intereses. Recuerdo cómo el entonces Ministro de Sanidad, Enrique Sánchez de León, trató de crear las consultas de Enfermería, para lo que previamente debía elevar el rango de los estudios a la categoría de Universitario, ya que por imperativo legal no se podía ejercer una actividad que requería estudios universitarios; y así lo hicieron: crearon las Escuelas de Enfermería, a cuyo término se expedía un título universitario, rquisito legal que cumplía para poder ejercer la actividad en aquellas Consultas, las hoy conocidas consultas de enfermería, en las cuales se produciría la "primera" entrada del usuario al sistema sanitario público. Pero llegaron los médicos y crearon la especialidad de "medicina comunitaria", y nos la quitaron. Argumentaban como ahora, que para poder instaurar un tratamiento hay que realizar previamente un diagnóstico.¡Y se quedaron tan pancho!. Efectivamente, el señor Sánchez de León no era médico. A partir de ese momento, pocas han sido las personas que no ostentan el título de licenciado en medicina para ser ministro, o consejero. ¡Y así le va a esta pobre profesión!. Y digo yo: ¡por qué no nos hacemos políticos y llegamos al Ministerio de Sanidad y le damos la vuelta a ésto!. No, es posible; además, qué pasaría si nos sale un Presidente del Consejo General, como el de ahora, que defiende a los Podólogos y a los Médicos. ¡Entonces sí que nos echarían del sistema!. Mejor dejarlo como está; eso sí, tenemos la esperanza de lo que dice la leyenda: "¡no hay mal que cien años dure!".

¿DE QUIÉN ES EL ENFERMO?

"ER" es la diferencia entre enfermo y enfermero; parece que somos dos candidatos de atención médica: unos y otros somos los pacientes de la medicina: el enfermo soportando todo lo que le quieran hacer (me río yo del consentimiento informado), los otros sufrimos las consecuencias de las elucubraciones médicas. Cabría preguntarse, ¿de quién es el enfermo?. La Organización médica colegial (OMC) nada dice al respecto, solo se pronuncia sobre la prescripción, ¡qué perra se han cogido!. ¿por qué será?. El enfermo, denominado por Ley "paciente" o "usuario", según el caso, es aquel que demanda asistencia, ya fuera médic@ o enfermer@. ¡Le da igual!, solo quiere consultar. En su calidad de usuario, lo que pretende es poder consultar, formular a alguien su "preocupación", ya real, ya imaginaria. Obviamente, a partir de cierta edad, ninguna situación puede ser imaginaria, ya que el paso del tiempo nos afecta a todos; y quiérase o no, el órgano de turno o el sistema en su conjunto se resiente, no funciona igual a los 20 años que a los 70. La consulta, en estos casos, debe ser posible formularla en un tiempo récord, y la respuesta deberá ser posible en ese mismo tiempo.
Esto es una realidad: consulta y respuesta deben producirse sobre la marcha, situaciones que no se producen en el sistema sanitario público, no así en el privado. ¿Se imaginan una consulta a una actividad privada que te dieran cita para dentro de un año?, ¡impensable!. Pues bien, en el sistema sanitario público, a pesar de tratarse de una inquietud por la salud, el usuario tiene que esperar todo ese tiempo, y más, porque los señores médicos no quieren; y esta postura no debería consentirse por los gestores del sistema, ya que para ello tienen recursos más que suficiente. ¿Pero qué sucede?, sucede que los gestores del sistema son todos, absolutamete todos, médicos, y saben que cuando dejen la política volverán a la medicina. ¡Y así nos va a los usuarios y pacientes!. ¿Y de quién es la culpa?, pues muy sencillo, el líquido es blanco y se envasa en "botella" (tetrabrik): del gestor médico, que lo consiente.
¡fíjense cómo se llaman!: "CONSULTAS"; es decir, alguien que pretende hacer una simple consulta sobre un determinado problema que afecta a su mente, a su vida diaria o a su fisiología, y que sólo pretende que le respondan si es normal o no que le esté sucediendo ésto; ¡y no puede!, lo citan para no sé cuánto tiempo. ¿Cómo es posible?. La "CONSULTA A UN PROFESIONAL ENFERMER@ es tan simple como sencilla, ¡y no digamos en cuanto al precio!. ¡Pués no!, algunos señores médicos no lo consienten, y se les permite. Se les permite, obviamente, porque el gestor de turno es médico. Así que, ¡señores usuarios!, no es posible: a seguir esperando que esto cambie, si es que les coge a tiempo.
Decíamos y nos ratificamos en que el usuario está adscrito obligatoriamente al sistema sanitario público, y este sistema debe dar respuesta a esa demanda social, respuesta que no tiene por qué ser tan costosa como lo es la retribución de un médico. Un Enfermer@ tiene competencia (que no capacitación) para resolver todas esas preguntas, distinto será la respuesta a esa consulta, la cual puede ser resuelta sobre la marcha o, alternativamente, derivarse al profesional "más capaz" (aquí sí podrá escribirse "capaz). Como Enfermero soy competente, legalmente, para hacer un electrocardiograma, y puedo o no interpretarlo. Esto se puede poner en cuestión; sin embargo, si el electrocardiograma lo "lee" un médico, todos asumimos que sabe hacerlo, que es capaz, y esto no es nada cierto: cualquier médico no "experto" es incapaz de traducir las ondas electrocardiográficas, ¡y no pasa nada!. Recuerdo una historia clínica que dice: Juicio diagnóstico: según electrocardiograma. ¡Pues no señor!, esto es falso, ya que necesita otros datos y pruebas complementarias y diagnóstica. Pero, como decimos, ¡no pasa nada!. Sí pasaría, en cambio, si esto fuera hecho, dicho y escrito por un Enfermer@; entonces la medicina pondría el grito en el cielo.
En definitiva, estábamos hablando y preguntando que ¿de quién es el enfermo?, y la respuesta es bien sencillo: del Enfermer@, pero no durante unos minutos, tiempo en el que se "apropia" de él la medicina, estamos hablando de veinticuatro horas (menos esos escasos minutos que le dedica el médico); durante veinticuatro horas el paciente es protegido, valorado, evaluado, cuidado y tratado por Enfermer@s o Matronas, aunque esto no le guste a un serñor tocólogo que salio en la "tele" oponiéndose a ello: ¡qué verguieza ajena sentimos al escucharlo!. ¡Mira que decir en la tele que las parturientas son responsabilidad del Tocólogo!. Lo que le pase a una parturienta es responsabilidad del servicio de salud donde esté ingresada. La responsabilidad es lo que le debería aplicar cuando vds realizan una cesárea sin estar indicada; pero no, ¡no se preocupen los señores tocólogos!, que paga el sistema.
Y si los Enfermer@s somos esos profesionales que protegemos, valoramos, cuidamos y solucionamos los problemas que se presentan, ¿por qué el sistema sanitario no reconoce que ello es así?. ¿Qué papel, según el sistema sanitario, es el que desempeña una Enfermer@ en el sistema?. Como Enfermer@ estás adscrita en una determinada unidad, también lo está un determinado médico. Pero es la Enfermer@ la que no se "despega" de allí; el médico va y bien, como los autobuses, trenes y aviones. No sabes cuándo se va o viene, pero tú estás ahí, para cada vez que llame el paciente. El paciente va evolucionando, y en esas que ves llegar a dos tres de ellos y te llevas las manos a la cabeza, te pregunta, ¡qué le van a hacer, ahora que está tan tranquilo!, pues no lo sabemos. Con aquella prepotencia que les caracteriza, va y te dice: "prepara para hacer ...", y tú, ¡tan obediente!, vas y lo haces, a prisa y corriendo, porque, de repente, la solución se ha convertido en algo preferente. Reposas, pasas revista a lo "ordenado" y te preguntas: ¿qué era urgente?; terminas mascuyando: la próxima no caígo; la próxima vez lo va a preparar él. ¿De quién es el paciente?.
¿Se ha preocupado alguien de pensar como alternativa a determinadas patologías" que es más rentable económicamente un viaje de siete días a Canarias (por ejemplo) que la administración de setenta pastillas?. Cuando una persona tiene las veinticuatro horas del día disponible, sin ocupar, sólo, única y exclusivamente para pensar, sucede que hace un repaso de sus posibilidades, y encuentra que algún órgano no funciona como lo hacía antes; entonces se le ocurre una idea: voy al médico. Y por qué no dice, ¡voy a la Enfermer@!. No; no, esto está prohibido: la tele ha dicho que tengo que ir a mi médico. Y como el médico está muy ocupado y no puede atenderlo, decide "automedicarse", que para eso tiene al farmacéutico, ese que también lo dice la tele que puede aconsejarle. Pués bien, esos medicamentos y productos sanitarios que alguien decide tomar, por su cuenta y riesgo, son los que podrá "autorizar" una Enfermer@; pero para eso, ¡digo yo!, no hace falta estudiar una carrera. ¡Qué pena de servicios sanitarios!, ¡y de gestores!.

miércoles, 23 de enero de 2008

VIENE A PELO LA EXPRESIÓN: ES DE JUZGADO DE GUARDIA.

El ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, ha mostrado este lunes en Alicante su confianza en que antes de que finalice la presente legislatura esté lista la orden que facilitará el uso de determinados medicamentos, como ANTISÉPTICOS, VENDAJES y analgésicos, por los profesionales de la enfermería y la podología. Por su parte, la OMC detecta “dos graves falsedades; que el periodo de alegaciones no ha concluido y el ministro ya da por válida la orden ministerial, y que miente al decir que lo ha realizado con el máximo consenso”. Por su parte, Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería, se ha mostrado satisfecho por las palabras de Soria. ¡Y se quedan tan tranquilos!. ¡Habrá mayor vergueza y descaro!. Y todavía el presidente del Consejo se ha mostrado satisfecho. Pero, ¡por Dios!, hablar de antisépticos, gasas y analgésicos a estas alturas es la TOMADURA DE PELO más grande que se haya producido a lo largo de toda vida, que no es poca. Pero ¡qué cara!.
Y todavía la medicina haciendo el papelón de llamar "mentiroso" al Ministros; es más, dicen que la orden no es válida porque todavía no ha transcurrido el plazo para alegaciones; ¡señores médicos que responden a estas tonterías!: uds en esto no tienen ni arte ni parte; no respondan vds así porque se van a creer que lo dicen de verdad. Da la sensación que están vds "super-enfadados con el señor Ministro; ¡y hasta alguien se lo puede llegar a creer!.
Señor Ministro -porque al amigo de los Podólogos y enemigo de nuestra Profesión Enfermer@ mejor dejarlo-: vd. como médico debería saber que ni los mismos médicos que viven a costa del partido socialista le van a votar; igual con estas declaraciones les haya quitado el miedo que tenían; vd sabe que esto es un paripé; porque vd, como médico, sabe que el contenido de la Ley del medicamento tiene una redacción total y absolutamente médica; como médica fue redactada la anterior ley del año 1.990, que coordinó un médico de la Provincia de Badajoz.
¡VAYA PAPELÓN! de teatro que están vds representando. Pero una cosa les digo: disimulan muy mal, y se les nota: ¡vaya tres! ... patas para un banco: los supuestos médicos enfadados, el presidente del Consejo General de la Profesión Enfermer@ -que como no sabe- está que se sale -hasta se le ha quitado ya las ganas de "asumir la ordenación de la Profesión", que decía desde el descando invernal en Tenerife- y, por último, su señoría, señor Ministro: ¡qué hombrada!; ¿a que da la sensación que no es médico. Pues bien, peor estamos los demás, porque cuando esto se lea por la ciudadanía, ahora sí que van a tener un concepto negativo de la Profesión Enfermer@; la ciudadanía va a pensar que somos "tontitos del bote". ¡VAYA TEATRO A TRES!.

LOS SERVICIOS DE SALUD JUEGAN CON LA EVENTUALIDAD.

Que los Servicios de Salud juegan con el concepto de "eventualidad" es algo patente y notorio; y las personas lo saben, como también saben que ¡no hay que hacer!, exclaman: "hacen lo que les da la gana", te dicen. Yo no se si conocen la redacción que prescribe el Estatuto básico del empleado público (¡por cierto!, leyenda más que acertada en el caso de las Profesiones Sanitarias), pero lo cierto es que exclaman esa expresión. Y nos les falta razón. Y decimos que no les falta razón por cuanto que ello coincide con lo que prevé el citado texto Estatutario, que define así la situación: "Son funcionarios interinos los que, por razones expresamente justificadas de necesidad y urgencia, son nombrados como tales para el desempeño de funciones propias de funcionarios de carrera, cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias: La existencia de plazas vacantes cuando no sea posible su cobertura por funcionarios de carrera. La sustitución transitoria de los titulares. La ejecución de programas de carácter temporal. El exceso o acumulación de tareas por plazo máximo de seis meses, dentro de un periodo de doce meses".
Pues bien: es público y notorio que si es nombrada una persona para ocupar transitoriamente a un titular en determinado puesto de trabajo, hasta tanto no se reincorpore la titular, esa sustitución debe permanecer en ese puesto de trabajo. Ya advierte la propia norma que la sustitución es transitoria, lo que significa que el titular no puede estar en aquella situación de "ausente" por tiempo indefinido. Pero, ¿quien sabe por cuanto tiempo?. Respuesta: sólo lo sabe la persona que la ha nombrado libremente, discrecionalmente. Luego, ¿por qué a la persona que sustituye a la libremente designad@ se le hace "nombramiento" eventual obviando aquella situación?. Es más, se suele utilizar el epigrafiado de "exceso o acumulación de tareas", cuando ello no se correponde con la realidad material. Luego, al menos se nos permitirá intuir que ese otro puesto, el de la sustitución de la titular, lo ocupa "otra persona". ¿Y por qué tiene que producirse esto?, muy sencillo: caciqueo.
No somos notros, es el propio Estatuto el que nos dice por qué motivos debe cesar cada uno de los "interinos" nombrados, y, en concreto, para este supuesto que comentamos se dice que "El cese de los funcionarios interinos se producirá, además de por las causas previstas en el artículo 63, cuando finalice la causa que dio lugar a su nombramiento. Y estas situaciones son las que debería supervisor la respresentación del personal. Y lo debería supervisar hasta el punto que tuviéramos otra vez confianza en nuestros representantes.
Otra cosa será que, ahora que el tema se trata a nivel autonómico, se estableciera otro tipo de "listas" en las bolsas de trabajo, que exigiera verdaderos méritos para poder acceder a ellas, en función de dominar mejor una especialidad que otra, pero este tema ni se ha producido públicamente ni se sostiene cualquier otro soterrado. Lo que se ve; lo que se habla; lo que todo el mundo comenta es que esto es "... poco serio".

PASA EL TIEMPO Y NO SABEMOS NADA.

¿Cómo podemos seguir ejerciendo la Profesión Enfermer@ sin que se modifique la fatídica Ley de "garantía" y uso racional del medicamento y productos sanitarios?. Políticamente, podemos entender que el Ministro no quiera tener problemas, ya que estamos en época pre-electoral, pero a quienes no podemos permitírselo es a las personas que están en el Consejo General. ¡Que no, que el problema ya no está sólo en no poder prescribir!, el problema es igual de "gordo", ya que estamos siendo la mano ejecutora de la medicina, ¡o es que alguien ha dejado de administrar medicamentos!. Esto no se lo hacen ni a las extintas auxiliares de clínica.
Sí, pasa el tiempo y no sabemos nada de nada de ese "proyecto" de Orden Ministerial; como tampoco nada sabemos sobre el proyecto de directrices generales propias para la elaboración de los Planes de estudio conducentes a la obtención del título de "Grado"; y ese contenido es el que nos importa, aunque entendemos que se mantendrá aquel que ya figura en las Directivas de la Comunidad Económica Europea, hoy, Unión Europea, de 1977. Y lo vamos a intentar para que no se pueda alegar desconocimiento -además, lo dice así el Codigo Civil-, ya que alegarlo no nos eximirá de responsabilidlad. Como decimos, vamos a intentarlo: para comenzar, una cuestión de principios: a cualquiera que se le pregunte qué es una Profesión te responderá que es aquella que está "capacitada" para establecer un "diagnóstico" y prescribir un tratamiento, del tipo que fuera, al final esto no significa otra cosa que resolver -al menos intentarlo- el problema; ¡todo lo demás no es Profesión, será otra cosa!, que es lo que nos ocurre a nosotros.
Expuesto lo anterior, hay que tener claro que en este País existen tres poderes: el Poder Legislativo; el Ejecutivo; y el poder Jucial. Cada uno tiene un ámbito de competencias que les son propias, dimantes todas del Texto Constitucional. Así, el Poder legislativo tiene la comptencia para elaborar y aprobar leyes; el poder Ejecutivo para dictar reglamento y ejecutar el contenido de la Ley; y el Poder judicial, que se corresponde con el poder jurisdiccional, cuya competencia es juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Pues bien, cuando decimos que una cosa es la Ley, del Poder Legislativo, su contenido solo puede ser modificado con otra ley posterior, lex posterior derogat lex anterior, y esto no se ha producido ni se va a producir. Lo que intenta un miembro del Gobierno, el Ministro de Sanidad y Consumo, es desarrollar el contenido de la Disposición Adicional duodécima de la fatídica Ley, pero lo es sólo para "sacar" medicamentos y productos sanitarios que no precicen de esa prescripción médica u odontológica, ya que así viene literalmente en la Ley.
No obstante eso que decimos, si nos atenemos a la definición de Sistema Nacional de Salud, todos sabemos que se refiere al conjunto de Servicios de Salud de las Comunidades Autonómas, que es una competencia estatal básica; es decir, la Ley se refiere -como no podía ser de otra forma- a los pacientes y usuarios comprendidos dentro del Sitema Nacional de Salud. Obviamente, la fuente jurídica para elaborar y aprobar esa Ley del Medicamento no lo hace "mirando" al artículo 36 del Magno Texto, que es el específico -que desplaza a los general-, el que prevé que la Ley regulará el ejercicio de las Profesiones tituladas y las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios. En definitiva, el señor Ministro de Sanidad no tiene competencias para modificar el contenido de una Ley, la del Medicamento, por más que pretenda enmascarlo con una orden ministerial expresando otras locuciones que no fueran "prescribir". Y esto lo saben los servicios jurídicos de la OMC.
¡Se imaginan qué hubiera pasado si el Consejo General hubiera "ordenado el ejercicio de la Profesión", como así se lo atribuye la Ley de Colegios Profesionales!. Y esto que decimos lo sabe hasta "un niño de primaria". Sí, ordenar el ejercicio de la Profesión, que es el mandato que viene en la Ley; y este tema se ha discutido en el seno del Consejo General "mil veces"; otra cosa es la voluntad, que es nula. Tampoco sabía el señor Presidente cómo montar Empresa y, sin embargo, se ha "hartao" de crearlas, para él y para los demás. ¡Y no sabía!. Si sabe, ¡y si no sabe que aprenda!.
Pues bien, entendido el tema aclarado, donde se pone de manifiesto que una orden ministerial no solucionará el problema que tenemos, se nos ocurre que -si esa fuera la voluntad, que mucho me temo que no-, lo prudente será elaborar un nuevo "Decreto" de la Organización Colegial Profesional, en cuyo anexo se incluya el método o proceso metodológico de prestar Profesional de Cuidados, señalando cada una de las fases del mismo, entre las que habrá de incluirse la prescripción, en algunos casos -por resultar obligado-, como recomendar o aconsejar en otro -al objeto de respetar la libertad de los ciudadanos. Y, como se observa, no estoy expresando "pacientes o usuarios", estoy señalando a los ciudadanos, pertenezcan o no al sistema de salud, que son los receptores de nuestros servicios Profesionales, con independencia de su País, raza, credo o religión, condición social o ideología.
De ahí que en su día, y en este mismo Blog, contestara al vicepresidente de la OMC, al respecto del poder de "autonormación", recordándole que ya lo hicieron en su día con el tema del "aborto", acordando que no era "un acto médico", porque, efectivamente, es de todos conocido el tenor de la Ley Colegial: "Son fines esenciales de estas Corporaciones la ordenación del ejercicio de las profesiones, ..." (art. 1.3), luego, si no se hace es porque no nos da la gana. Y no nos ha dado la gana porque estamos en "otra cosa", menos cumpliendo las funciones que tiene asignada la Organización, que para eso el señor Pedrol Rius consiguió esa redacción tanto en el texto de la Ley como la que consta en el Texto Constitucional. Luego, después de estas personas sabias, hemos llegado los "listillos". Sí: es lícito, legal, ordenar el ejercicio de la Profesión. Sí, así lo hemos transcrito del texto de la Ley. Así de sencillo, aunque pueda comprender que personas desconocedoras de tema jurídico puedan requerir dictamen que se lo confirme. ¡Y no hay más!.

martes, 22 de enero de 2008

¡NO DA UNA!

Este hombre, llamado Máximo, ¡no da una!. Hay que tener valor para salir ahora con estas: "LOS COLEGIOS DE ENFERMERÍA DE ESPAÑA ASUMEN EN TENERIFE EL COMPROMISO FIRME Y DECIDIDO DE ASUMIR SU PAPEL DE ÓRGANOS REGULADORES DE LA PROFESIÓN Y GARANTES DE LA SEGURIDAD DE LOS PACIENTES Y LA CALIDAD DEL SNS".
Lleva más de veinte años dirigiendo los destinos de la Profesión Enfermera, utilizando al Consejo General, precisamente para "cargársela", y ahora sale con estas. No; no es que no se entere, habrá que esperar un poco más para ver por dónde quiere salir con estas.
Durante todos estos años, se ha gastado los dineros de los Presupuestos del Consejo General para financiar, dice, un proyecto que denominó algo asi como NIPE, ¿se acuerdan?; no hace mucho tiempo (año 2003) llegó a embarcar al Instituto de Salud Carlos III. Entre otras lindeces decía aquel panfleto:
"La mejora de la calidad se define como el conjunto de actividades orientadas a mejorar la eficacia y eficiencia de los procesos. Siguiendo las doctrinas de cualquier modelo de gestión, para mejorar un proceso (entendido como un conjunto de actividades), es necesario poder identificarlo y describirlo y, en este caso concreto, la base sobre la que se sustenta el proyecto es el PROCESO ENFERMERO". ¡A que quedó muy bien la frase!. Bueno, pues ahora pretende otro tanto de lo mismo; ¡y ha transcurrido desde entonces cinco años!, sin contar con la retaíla que ya arrastraba la palabrería.
En fin, ¡qué le vamos a hacer!, en todas las familias hay siempre una "oveja negra"; a la nuestra le ha tocado la más significativa: la de la Presidencia del Consejo General. Pero lo peor de todo es que los "palmeros" que están pasando esas minivacaciones en Tenerife le ríen las gracias. ¡Y así nos va!. Ahora nos sale conque adquiere el compromiso de asumir su papel como órgano regulador: ¿es que no se había leído los fines esenciales que la ley atribuye a la Organización Colegial?. No. No guarden la mínima esperanza, ya que todavía sigue empeñado en confundir Profesión Enfermero con sistema nacional de Salud.
No; Sistema y Profesión no es lo mismo: el sistema nacional de salud es el conjunto de servicios salud de las Administraciones públicas, y estos Servicios de Salud se limitan a gestionar los recursos humanos y materiales detinados a la salud de las personas. Esos recursos humanos, entre los que se encuentra la Profesión Enfermera, les vienen impuesto al Sistema de Salud; no hay sistema sin personas; son otros Entes de la Administración del Estado la responsable del tipo de formación, a través de lo que vulgarmente se conoce como Plan de Estudio y formación de postgrado. No; la Profesión es otra cosa. La Profesión se ordena, se organiza y se regula con un proceso metodológico y un código de comportamiento profesional; y luego el sistema como conjunto o el servicio de salud correspondiente nombra, contrata o arrienda los servicios profesionales Enfermero, Servicios de Salud que no pueden ignorar cómo debe realizar su trabajo la Enfermera.
La Enfermera no es esa Profesión que está ahí, en los servicios de salud utilizada "para todo". No; "chic@ para todo, no". La Enfermera no puede ser ese Profesional que esté para coger el teléfono, abrir la puerta de la consulta, llamar al médico en caso de necesidad, gestionarle su agenda y guardarle el "chiringuito". No; para eso no está la Enfermera. La Enfermera está ahí para aplicar su método científico, dirigido única y exclusivamente a las personas necesitadas de cuidados, ya sea por desequilibrio, ya por alteraciones de la salud.
La Enfermera no está en el sistema como "secretaria" de nadie, para eso ya existen personas auxiliares, sin cualificación académica. Anamnesis, exploración, signos y síntomas, pruebas y medidas tendentes al juicio clínico, resultados, prescipción, recomendación o consejo sobre alternativas de Cuidados, así como pronosticar, es el método que debe seguir cualquier Profésión que se precie de tal. La Enfermera no está para seguir los dictados del médico. ¡Eso que lo haga el propio médico!, que para eso ya es mayorcito.
La Enfermera es la que tiene que decidir cómo, cuándo, por qué y de qué manera. La Enfermera no está para tomar constantes cuando se lo diga otro, y mucho menos cuando ese otro no sabe donde tiene la mano derecha. No; la Enfermera está para aplicar su método científico, y eso lleva un tiempo, que no puede ser violado por ninguna Empresa, pública o privada, que nombre o contrate los servicios de un Profesional. Es el sistema el que debe asumir las competencias de la Profesión Enfermera; justo al revés de como nos lo presente el Presidente del Consejo General y aplauden los "palmeros". .¡Que no, señores!, que no es así, que tienen vds que ejercer profesionalmente para poder reflexionar sobre su "rol".
Señor Presidente, ¡ojala! se haya caído del caballo, como Santiago, y de una vez por toda invierte la ingente cantidad económica en el fin principal de la Organización Colegial Profesional: Ordenar el ejercicio de la Profesión y asegurarla socialmente, a través de una póliza de responsabilidad civil sería.

viernes, 18 de enero de 2008

ESPECIALIZACIÓN PROFESIONAL.

Hemos manifestado que muy por encima del interés personal está el interés general, que en nuestro caso es el de las personas a las que cuidadomos; y esas personas tienen el derecho a que les asista una Profesión que domine "a la perfección" el problema que se consulta. Se dice que tres cosas hay en la vida: Salud, dinero y amor. La salud es lo primero, sobre todas las cosas; luego ésta tiene que ser un actividad privilegiada respecto a las demás, para lo que se necesitan personas con la suficiente formación y experiencia. Así lo entendió la medicina y hoy en día tiene más de setenta especialidades, además de todas aquellas áreas en las que pueden desdoblar cada especialidad.
Sin embargo, el Enfermero no tiene más especialidad reconocida que la de Matrona, y la de salud Mental, aunque no reconocida laboralmente, ¡como si no hubiera personas con problemas mentales!. Ahora se quiere poner remedio a la Salud Laboral, y ello a pesar de la vigencia de una Ley específica al respecto, que obliga a las Empresas a contratar los servicios de esta Especialidad. ¡Pero no se preocupen, que la medicina ya lo tiene resuelto!; quien no lo tiene es la Profesión Enfermer@.
Salud en la primera necesidad social, y para ello hace falta personas específicamente formadas, que se logra a través de una formación académica previa y otra posterior continuada, que deberán ser regladas, sin perjuicio de las reuniones correspondientes para intercambiar experiencias, bien en jornadas, seminarios y conferencias.
Cualquier persona que ha acudido a los Servicios Sanitarios sabe y conoce la multitud de especialidades médicas que reconoce el sistema; todos buscan al "especialista", pero nada saben de que, además de ese médico especialista, también está una Enfermer@a trabajando en esa Especialidad, que procura su formación a costa de su erario, formación tan necesaria como imprescindible. La Profesión Enfermer@ exige su Especialización, porque así lo demanda la Sociedad, además de necesitarlo para hacer su trabajo más efectivo, tanto social como profesionalmente. La ignorancia es el mayor problema que tiene esta sociedad, por cuanto si "no sabes, no contestas"; y los usuarios y pacientes tienen derecho a que se les de una respuesta a esa necesidad, alteración o desequilibrio, respuesta que tiene que venir de la Profesión Enfermer@, que para eso está en el Sistema de Salud.
¿Por qué no quiere el sistema sanitario público la especialización de la Profesión Enfermera?, cuando esto es bueno para las personas a las que asistimos; es decir, para el interés general. ¿No es un sistema público?; ¿no está esta estructura al servicio de la población?, luego no entendemos el por qué sus gestores médicos no hacen absolutamente nada por remediarlo. La Profesión necesita tantas especialidades como necesidades sociales, que deberían implantarse a medida que se demanden. ¿Por qué será que una estructura, la del Sistema Nacional de Salud, que está gobernada por la Profesión Médica, no permite que esta Profesión se especialice?; ¡por qué será!.

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRO REPRESENTANTE?

Nuestra Organización Colegial, la de la Profesión Enfermer@, está constituida por todos los Colegios del Estado, además, formalmente existe un Consejo Interterritorial, del que -en teoría- forman parte todas las Comunidades Autónomas, incluida las Ciudades de Ceuta y Melilla, y una Asamblea General, de la que participan todos los Presidentes Provinciales. Y el Consejo General se estructura en un Pleno, compuesto de 17 personas, una Comisión Ejecutiva y todos los cargos unipersonales típicos de cualquiere régimen asociativo, como un Presidente, tres Vicepresidentes, un Secretario General, un Vicesecretario, un Tesorero y un Vicetesorero.
Con todo ello, a nadie que conozca el funcionamiento del Consejo General se le escapa que todas estas estructuras y cargos unipersonales no tienen otra función que servir de "palmeros" a la "indiscutible" figura del Presidente, que, como no es Dios, obviamente, no puede tener el "don de la ubicuidad"; ¡y así nos va!. Tengamos en cuenta que, además, el señor Presidente está más tiempo fuera del País que dentro. No existe un Estado que no conozca; las últimas informaciones nos habla de Senegal, Mauritania y Marruecos; nos informan así el Diario Enfermero: "A lo largo de las diferentes reuniones, en las que participó Máximo González Jurado (presidente del Consejo General de Enfermería), los representantes de las políticas de recursos humanos sanitarios en Senegal, Mauritania y Marruecos -Yankhoba Sow, Hamaoullah Ould Cheikh y Ali Lotfi, respectivamente- analizaron la situación sanitaria actual en sus países, haciendo especial hincapié en los principales problemas que afectan a la calidad de la asistencia sanitaria"; pero es que en fecha inmediatamente anterior a esta estuvo en Cuba.
Es decir, que para el Presidente del Consejo General, y por añadidura a sus "palmeros", como en España los Enfermeros no tenemos ningún problema, el señor Presidente, para "matar" el tiempo, se va de "hermanita de la caridad", a resolver los problemas del Senegal, Mauritania y Marruecos; mientras, aquí, como la presencia del Presidente es insustituible, nadie hace la mínima intervención o declaración en los medios, ¡ni en el propio Boletín informativo de la propia Organización Colegial!; ¡así nos va!. Con ello pretendo sensibilizar a esas diecisiete personas, además de los cargos unipersonales, para que se manifiesten públicamente, al menos para contrarrestar las declaraciones que, de contrario, hacen todos los miembros de la Organización Médica Colegial, ya que no es que esas personas estén manifestación su opinión respecto a la "prescripción Enfermer@ sino que nos están insultando, al tiempo de provocar una reacción social insana, de alarma social, con argumentos que rozan el insulto, cuando no la injuria.
Pues bien, esa forma de hacer es contraria al fin que tenemos como Organización Colegial, por eso expresamos nuestra más enérgica protestad, por cuanto nos sentimos desamparados por esa insustituible figura representativa, la del Presidente, que en lugar de estar -ya que no deja que otros lo hagan- resolviendo e informando del asunto, se dedica a visitar el globo terráqueo, ¡y así nos va!.
Apelo a esas diecisiete personas a que exijan al Presidente su derecho a manifestarse al respecto. Bastaría, por ejemplo, con que hicieran un recorrido por todo el Estado, convocando reuniones informativas, con sus correspondientes ruedas de prensa, al menos para que los ciudadanos tuvieran, además de la opinión de los miembros de la Organización Médica Colegial, la de aquel otro colectivo afectado en el debate: los representantes de la Profesión Enfermer@. Pero no, esto no es lo que está sucediendo. El Presidente del Consejo General ya ha conseguido su verdadero objetivo, que los Podólogos puedan prescribir, y aquí acaba su "reivindicación". Todo lo demás lo deja en manos de Médicos (porque el señor Ministro es médico), y de los Consejeros de las diferentes Comunidades Autónomas, que también son médicos. ¡Y así nos va!.
En definitiva, toda una estructura deseprovechada. Ni el Presidente ni los miembros del Pleno de la Organización Colegial tienen opinión: "no saben, no contestan". Mientras, su Presidente, de gira, suponemos que "presentando su última película", como si de un actor se tratara. ¡Qué Oscar se va a ganar!.