sábado, 11 de junio de 2011

INDIGNADO

El problema de la indignación es que cada cual se siente así en función de que las cosas no vengan como uno quiere, que, por cierto, suelen ser cambiantes, tanto las cosas como los sentimientos. Sucede, sin embargo, que luego se arremete contra todo, da igual, el caso es manifestar el descontento. Y ello sin ser muy consciente de determinados temas. También sucede que la dictadura genera otra dictadura, de igual signo, pero contrario. La impotencia también genera indignación. Todo ello, como decimos, indigna.

PERO, ¿TENEMOS RAZÓN AL INDIGNARNOS?

Particularmente sí; distinto será si lo ponemos en contraposición con lo que quiera la otra parte, contra la que nos indignamos. Los Gobiernos de las Administraciones públicas territoriales indignan; también indignan los Tribunales de Justicia y el mismísimo Poder legislativo. Es decir, indigna toda aquella Institución con "poder" ¿Acaso es que no actúan de acuerdo con lo que se espera de esas Instituciones y poderes? Por efecto de rebote solemos indignarnos por lo que hacen otras instituciones, las cuales también dan la sensación de actuar indignadamente. En fin, que todos nos indignamos, y así, quizá, hayamos dado lugar a que se reúnan grupos de personas que dicen estar indignadas, las cuales, al mismo tiempo, indignan a otros; ... y así sucesivamente.

NOSOTROS SÍ ESTAMOS INDIGNADOS.

Y lo tenemos que estar porque nuestra estructura no funciona. Pero no funciona según nuestro criterio; y lo mismo podría decirse de nosotros, en la parcela en la que ejercemos ciertas iniciativas. Así vamos creando una bola de nieves, la cual, al final, no sabemos cómo empezó. Fue todo, podemos alegar, sin analizar cada asunto. El problema es que la indignación genera más indignación, y así no se puede funcionar.

Nuestra Institución, Organización Colegial de Enfermeros, no funciona ¿No funciona o nos parece a nosotros que no lo hace? No funciona, ¡qué vamos a decir nosotros! El argumento que esgrimimos es sencillo: cada vez estamos peor, y eso que hemos cogido el carro de lo que conocemos como EEES. Y, aún así, con expresiones políticamente correctas, volvemos a estar en los años 1960. No obstante, algunos, personalmente, podrán contrariarnos, al decir que no, que las cosas están cambiando, pero sin darse cuenta que sólo cambian para esas personas individualmente.

INDIGNADOS NO SERÍA LA EXPRESIÓN, MÁS BIEN CABREADO, PERO ESTA NO SERÍA POLITICAMENTE CORRECTA.

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