domingo, 11 de noviembre de 2012

EL SES ES UN DESASTRE

¿Cuándo podrá remedio el SES?

El problema de todos los políticos es cómo intervenir absolutamente todo. Y cuando algo se le escapa utiliza esas expresiones de "gestión y administración", para lo que tiene que "ocupar" todos los cargos, "con mando en plaza". Así nadie tiene opciones, salvo que te manifiesten pública y notoriamente a favor de la opción política que gobierne en cada momento. Tienes puesto asegurado.
 
Cada día que transcurre, más se nota "la mano del político".
 
De lo contrario, ¡nada que hacer! Eso que se dice de "eficiencia" no es más que una expresión, muy socorrida cuando se quiere que algo no funcione. Los políticos son más partidarios de la "eficacia", a costa de lo que sea. Su objetivo es "colocar" a los suyos. A veces, es cierto, lo intentan disimular "enchufando" a terceros. Pero, aún así, habrá que seguir la pista al asunto, porque por algún lado le viene ese "enchufe" que, en principio, parecía ajustado a la ley.
 
En la prensa leíamos que el Consejero cesa a una Dirección de Enfermería, en Cáceres.
 
Y, a renglón seguido, ya estaba ocupado el puesto por otro ¿Sabe el SES que esos puestos tienen que cumplir los requisitos constitucionales y legales de publicidad, igualdad, mérito y capacidad? Sí, ¡claro!, ¡cómo no va a saberlo!, aunque tenemos alguna duda.
 
Lo que dicen las leyes y cómo habla el colectivo se parece como un huevo a una castaña.
 
Cuando se nos formula alguna pregunta no damos crédito a lo escuchado. Nos suena rarísimo. Pero que "andar por casa". No entendemos nada de lo que se nos dice.
 
El SES actúa de forma tan contraria a la Ley que se la suele pasar por ahí. La Ley no es aplicable en el SES, como tampoco aplican la lógica. Su única lógica es que en cada puesto esté ocupado. Lo de "eficiencia", insisto, es una quimera comparado con la legalidad, algo que utilizan, igual que el nombre de ese ministerio que llaman de "competitividad", ¡competitividad!, ¡venga ya! ¡Echemos un vistazo a nuestro alrededor para comprobar que los hechos superan la ficción.