sábado, 26 de enero de 2008

SISTEMA DE SALUD O SISTEMA MÉDICO.

Al redactor de la Ley General de Sanidad, de 1986, se le ocurrió la feliz idea de denominar al conjunto de Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas como Sistema Nacional de Salud, y muy ingénuamente pensamos, ¡oye, qué bien!, los legisladores han estado muy acertado: crean un Sistema Nacional de Salud para que todos los ciudadanos puedan ser atendidos por todos los Profesionales y profesoniones sanitarias adscritos a los distintos servicios y unidades. Pero ha transcurrido el tiempo, y, ahora, nos damos cuenta que esto no es el Sistema Nacional de Salud, lo correcto es llamar a las cosas en función de los fines y objetivos. Lo correcto es denominar a este Sistema como el Sistema Médico, ya que todo él pivota sobre lo que diga, ordene o mande un médico, aunque éste tenga un contrato de formación; ¡da igual!, es médico, ¡y punto!.

Viene a colación esta "redenominación" del Sistema porque a partir de la Ley de Garantía y Uso Racional del Medicamento acaban de quitarse "la máscara": es nuestro Sistema y hacemos en él lo que nos plazca; no tenemos más "jefes" que otro médico, ya Consejero, ya Ministro; ¡y no digamos de los Altos cargos y mandos intermedios: todos a una. Efectivamente, están muy preocupados porque la Enfermer@ pueda prescribir, esas que, según la OMC, son "un peligro público", en bocas del Vicepresidente de la citada OMC. Pero, ¡eso sí!, somos un peligro público porque queremos que no tengan el monopolio de "recetar". ¡Cómo va a prescribir una Enfermer@!, exclaman. Aquí se ponen "tal o cual marca comercial"; de genéricos, ¡nada de nada!.
Así que, quienes pensaban que trabajan en un Sistema Nacional de Salud tienen que rectificar, porque ahora el Sistema se redenomina como "Sistema Médico de Salud"; ¿es más correcto?, ¡no!. Por ejemplo, en una unidad están adscritos varios médicos, pues bien, durante el turno de mañana se dedican a deambular por las instalaciones hospitalarias -siempre está buscando el uno al otro, y el otro al uno-, después hacen el paripé, hasta que llega la hora; se marchan todos, excepto uno, que se queda, se marcha a Almorzar y a la siesta; los MIR, los pobres, entretienen el tiempo con el turno de tarde de las Enfermer@s, hasta que tienen la primera llamada de su compañero, otro residente, para comentar un caso. Ya ha transcurrido la hora de la siesta; ahora toca cenar, y se marchan todos: ¡no vayan a pensar que se van individualmente, lo hacen en grupo. Cuando suben, echan un vistazo a la Unidad, buscando algún "defectillo" para justificar la "bronca" que tienen la voluntad de hacerlo -quizá porque la cena no les gustó: en su casa hubieran cenado otra cosa-. Como todavía no tienen sueño, leen o releen alguna historia, y comienza el movimiento de tratamiento; te dicen: "al box número tal le haces "...", y le pones "...". Y eso por qué, se te ocurre preguntar; la respuesta es: porque lo digo yo. Y de aquí surge el por qué hemos redenominado al Sistema Nacional de Salud, para pasar a conocerse como el "Sistema Médico de Salud", porque "aquí mando yo". ¡Qué genio; qué don de mando; qué autoridad!. Y yo digo: ¡por qué no los mandamos a hacer puñetas!.
Y luego son unos "mentirosos", buena prueba de ello se produce cuando se abre información previa a la apertura de Expediente Disciplinario contra una Enfermera, que cualquier va como testigo, aunque ni sepa de qué va el tema, pero da una versión, en la que suele poner a la Enfermer@ "a caer de un burro", ¡y se queda tan tranquil@. En fin, que hemos llegado, tarde pero hemos llegado, a la conclusión que siendo esta la real y efectiva situación, no nos queda otro remedio que defenderno de estas y otras barbaridades, que las publicaremos en este mismo medio, sólo que se irán haciendo más reales y concretas. Está claro: o pasamos al ataque o el médico nos come el poco terreno avanzado.

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