El calvario de una Profesión, la de Enfermero

Parece mentira el calvario que estamos atravesando como Profesión. No existe un solo Colegio Provincial en estado de sosiego. Y la culpa de todo esto es un señor que le debe gustar tanto la Podología que se mantiene ahí, en nuestro Consejo General, para frenar nuestras legítimas aspiraciones.

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¿SE IMAGINAN A LA OMC CON ESTE PROBLEMA?.

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Nosotros no lo imaginamos, ¡desde luego!. En la Organización Médica Colegial (OMC) podrá existir, como en todos los grupos sociales, ciertoS "tiro y afloja", pero lo que no se estará discutiendo es la realización de un cursillito para poder prescribir. Sin embargo, sería lógico que el debate se establecería entre MIR y Especialistas, ya que la medicina no habla de médico generalista -comco nosotros, que estamos a años de luz de esa terminología-. Eso, se dirán, no es, no puede ser, ningún problema, porque todos tienen algo en común: la razonabilidad, la lógica, sus limitaciones. De ahí que se establezca entre ellos eso que no utilizamos nosotros, como es la consulta entre especialidades.

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¿UN CURSO PARA PODER INDICAR, USAR Y ORDENAR LA DISPENSACIÓN?

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¿Cómo es posible que a estas alturas de la película estemos enfrascado en que tenemos que hacer un curso para poder realizar lo que venimos haciendo desde siempre? ¿Es que nos hemos vuelto loco?.

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No; aquí nadie se ha vuelto loco, ni se trata de episodios psicóticos, de momento. Lo que está sucediendo es que la situación ha llegado a tal punto que resulta insostenible. Y el problema no es otra cosa que la dictadura del podólogo que dice representarnos. Y lo cierto es que en estos catorce años que lleva ocupando el cargo de Presidente de nuestra Profesión, la de Enfermero, no se le ha reconocido legalidad. Pero ¿cómo nos va a representar una persona que se declara flagrantemente amante de una Profesión distinta, cuya activididad es un "segmento" de lo que conocemos como CUIDADOS INTEGRALES?.

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¿Se imaginan al usurpador del cargo de Presidente de nuestro Consejo General, podólogo como actividad, reclamar para esa Profesión la realización de un cursillito a los efectos de ser "acreditado" para indicar, usar y ordenar la dispensación de medicamentos no sujetos a prescripción médica?. ¿Se imaginan a esa persona diciendo que con ese cursillito un Diplomado en Podología alcanzaría la homologación con los nuevos graduados en Podología?. ¡Es que no!. Y ya no les cuento cuanto también se expresa en términos como que con el citado curso estarían incluidos en el Nivel quinto de cualificaciones profesionales.

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¿Y EN EL MINISTERIO DE SANIDAD? ¿QUÉ SUCEDE?.

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Lo del Ministerio de Sanidad es todo un problema. Podrían alegar que desconocen la tormenta que nos está afectando, pero eso no es cierto. Nos hemos preocupado más de una persona en poder en conocimiento de ese Departamento del Gobierno que la persona que dice representarno a los Enfermeros está ilegalmente en el cargo, además de haberles remitido la Sentencia del Tribunal Supremo que así lo resuelve.

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No pueden alegar en ese Ministerio desconocimiento. Y, sin embargo, actúan como si nada pasara. A la señora Ministra le debería preocupar REUNIRSE con una persona con esas características; es decir, con alguien que el Alto Tribunal -el único que existe en nuestro País- ha declarado que no está legalmente en el cargo. ¿Con quién se está reuniendo el Ministerio? ¿A caso en el citado Departamento del Gobierno existe algún interés para ello?. La señora Ministra debería tener en cuenta que sin la Enfermera en las Instituciones Sanitarias, como que la cosa no funcionaría igual. Y esto lo reconozco hasta yo mismo, que no soy partidario del autobombo.

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El Ministerio de Sanidad no puede seguir IGNORANDO la realidad. Ese Departamento no puede mantener un borrador de real decreto que pretende "legalizar" un cursillito que no tiene base legal, ni lógica, ni sentido. En el Ministerio debería primar la cordura. Y no es muy cuerdo el expresar en ese borrador algo tan rocambolesco como que un cursillito hecho en la Escuela del señor González Jurado tendría el carácter, validez y efectos que se le reconoce únicamente a los títulos universitarios oficiales. No existe más formación de postgrado que el Máster y el Doctorado.

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Todo lo demás es o Formación Especializada o formación continuada, distinta y diferente a las enseñanzas universitarias oficiales.

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De la fatídica Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios no se puede inferir que la "acreditación" que debe expedir el Ministerio de Sanidad quede supeditada a un cursillito de "formación continuada", como es lo pretendido en ese borrador de real decreto. Esa Ley, su artículo 77, debe ser redefinido, puesto que allí está previendo, implícitamente, un carácter sancionador restrictivo de derechos en la Profesión Enfermero, proscrito en nuestra Constitución. Esa Ley no puede venir a decir ahora que tenemos que hacer un cursillito para poder recomendarle a alguien que se tome un analgésico o que podamos utilizar una casa a un manómetro para conocer la presión arterial de alguien.

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Y si al Ministerio de Sanidad le parece que en los Planes de estudios conducentes a la obtención de la titulación le falta materia, lo que debe hacer es dirigirse al Ministerio de Educación para que modifique el Plan de Estudios; o lo que es lo mismo: que se cumpla la Directiva Europea legalmente prevista y de obligado cumplimiento. ¿A caso la podología cumple todos esos requisitos? ¿A caso la podología ha contribuido a crear y mantener al actual Sistema de Salud? ¿La medicina, quizá?. NO; ¡nunca!. La hospitalización y los cuidados han sido patrimonializados, desde siempre, por quienes se han dedicado y se dedican a la responsabilidad de los mismos. Todos los demás han nacido al socaire de esa apreciada función: LA DE CUIADAR.

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LA PROFESIÓN ENFERMERO ESTÁ SUFRIENDO UN CALVARIO. Y LO PEOR DE TODO ES QUE EL MINISTERIO DE SANIDAD MIRA PARA OTRO LADO.

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Ustedes son consciente de que la Presidencia de nuestro Consejo General está vacante: no tenemos representante legítimo. Sí, es un problema interno, que debemos resolver los Enfermeros, pero el Ministerio no puede alegar ignorancia de lo resuelto por el Tribunal Supremo, reuniéndose y dejándose ver con alguien que está ocupando un cargo que no le pertenece. Y nuestro problema se agranda cuando los demás están observando que el Departamento Ministerial se comporta como si nada hubiera sucedido. El "poder" atrae voluntades, creando un entramado que sólo puede deshacerse si todos "arrimamos un poco el hombro".